NES

Castlevania logra, con la mezcla de un control lento y a veces incluso con retardo y un diseño de niveles construido en torno a esto, una experiencia difícil pero extremadamente disfrutable, que incita al jugador a parar, pensar y usar al nivel para poder seguir adelante. Lo que sí, el hecho de que algunas armas se vuelvan casi inútiles o completamente situacionales en ciertas ocasiones es un tanto pedorro, caso del reloj y el cuchillo.

La variedad de armas está al pedo, pues la escopeta es la única realmente buena, y la stage final, incluyendo al boss, es bastante decepcionante. Más allá de eso, es un juego súper frenético y adictivo, y su corta duración de menos de media hora hace que los continues limitados tengan una justificación.

En cierta manera, es una versión más pulida de su antecesor. La stage final sigue siendo anticlimática por su bajón en dificultad respecto del resto del juego, pero al menos ahora las armas están más pulidas y balanceadas.

El principal problema de este juego es una de sus características principales y la que lo hace destacar: Su opción de selección de enemigos. Luce bien en papel, pero como el juego lo ejecuta es mediocre. No hay una introducción adecuada en la mayoría de los niveles, lo cual hace que en muchas ocasiones te destruyan sin que vos sepas ni que hacer. Además, ciertas zonas de algunos niveles requieren de armas específicas para ser pasadas, y si el jugador no las posee, lo único que te queda es recibir daño gratis o retroceder hasta cierta zona, dependiendo del nivel. Esto también sucede con los jefes, los cuales si uno tiene el arma adecuada es pan comido pero si no es un tiro en las pelotas. También cabe aclarar que se necesita obligatoriamente un arma de una stage la cual uno puede perderse fácilmente ya que es mostrada como optativa y además requiere de un arma de otro jefe. De todas maneras, vale la pena clarificar que el juego sí introduce algunas mecánicas de buena manera, y que la parte final y más lineal está mucho mejor que lo demás.

Mejora muchas cosas de su antecesor, siendo un tanto más justo e introduciendo de mejor manera las cosas, aunque igual sigue teniendo parte de sus problemas. Algunos bosses siguen siendo bastante frustrantes si uno no tiene el arma especifica (crash man siendo el que más destaca por esto). También hay stages que directamente son un tanto mediocres en diseño, como la de Heat Man con los bloques que aparecen y desaparecen, y sobre todo la de Crash Man con la parte de las escaleras. También en situaciones surgen problemas más gordos, como que en cierta parte necesitas tener un arma cargada al 100% o si no te jodés, ya sea que ciertos bosses tienen debilidades a una sola arma o el nivel te la pide para progresar.

El más refinado de los primeros 3 Mega Man. Si bien sigue habiendo problemas con algún que otro orden (principalmente debido a que no se introduce al jugador de manera adecuada y en cambio se le mete directo en situaciones complicadas), el problema no es ya tan grave y además ahora algunos jefes tienen más de una sola debilidad. Un problema que sí hay que tener en cuenta es que el jugador puede farmear tanques, sobre todo en el final, lo cual hace que esta parte sea mucho más fácil de lo que uno se esperaría. El slide funciona bien y es un muy buen agregado.

Su enfoque es muy interesante: aislamiento espacial en un mundo subterráneo laberíntico. Sin guías, sin mapas, sin guardados. Toda una fauna y flora contra vos. Pero a la hora de jugar, se vuelve un tedio: muchas zonas tienen una estructura similar y se repiten constantemente. El combate es torpe y duro, algunas entradas a zonas PRINCIPALES Y OBLIGATORIAS PARA COMPLETAR EL JUEGO se revelan mediante la exasperante rutina de bombardear constantemente paredes, y la muerte del jugador implica dedicar tiempo a un grindeo que puede durar hasta 20 minutos para completarse.

Los controles, el diseño de niveles y los enemigos hacen que uno realmente pueda sentir la adrenalina de ser un ninja, dándonos un muy adictivo juego. El problema es que en cierto punto, el juego se vuelve ridículamente difícil por los respawns ilimitados de enemigos que hacen depender de una sola arma, y además el jefe final te manda a hacer 4 stages de vuelta si morís, lo cual es una locura. Comprendo que el hecho de que los enemigos hagan respawn constantemente hace que el jugador tenga en foco moverse de manera continua y no parar, pero en ciertos puntos, sobre todo las etapas finales, ya es absurdo.

En cuanto a diseño es incluso mejor que su antecesor, sintiéndose más fluido por pequeños toques como el de poder subir y bajar paredes más fácilmente, y añadiendo más diversidad de elementos en los niveles. El problema es el mismo de su antecesor: El boss final te manda muy lejos de vuelta y además, una vez que matás a una de sus fases no te recupera la vida. Todo esto hace que la última parte sea especialmente frustrante, lo cual es una lástima porque todo lo demás es muy bueno.

Si bien el Zelda original peca de ser críptico y tosco en momentos, es el único de su saga que no opta llevarte de la mano; en cambio, la aventura es, con sus partes lindas y feas, verdarera, realista, auténtica. Porque el diseño de un videojuego no tiene por qué estar guíado por un supuesto manual de "buen diseño"; porque los secretos no deben ser fácilmente discernibles, sino todo lo contrario, deben ser descubiertos solo por los que estén dispuestos a poner ojos y tiempo en encontrarlos; porque ningún ente debe determinar por orden de dificultad el camino del héroe, sino que eso lo determina él mismo, afrontándose a la impredecibilidad del juego. Eso es lo que Zelda 1 aplicó con maestría, y lo que sus sucesores terminarían olvidando con el paso del tiempo.