A la hora de adaptar una obra se pueden seguir dos caminos:
1. Cambiar bastante del material original para ajustarlo a la visión de los involucrados.
2. Intentar seguirlo lo más fielmente posible para así acercarse más a lo que quiso el creador.
Con la primera se corre el riesgo de crear un monstruo de Frankenstein en el que partes muy distintas no terminan por generar una sinergia y en la segunda una obra que se sienta totalmente reemplazable al ya existir el material original.
Watchmen sufre de ambas cosas.
Es innegable que hay cosas buenas e incluso retazos de genialidad, pero también hay un talón de Aquiles y son sus intentos de ser otra de las secuelas no-oficiales de Matrix que tan de moda estaban en los 2000s, una cinta de superhéroes que sea "molona" para los adolescentes que vayan a verla al cine, Dr. Strangelove pero sin el sentido del humor tan acido de Kubrick y al final la adaptación más fiel posible de la obra maestra de Alan Moore. Como es de esperar, acaba por quedarse a medio camino en todo lo "nuevo" que intenta proponer y por su ambición de aun así apegarse bastante al comic terminas sintiendo que igual podrías estar experimentando una versión de la historia mucho más completa y mejor presentada.