Aquí es cuando digo "qué atrasados estamos los americanos". Claro que hasta cierto punto es una exageración, pero Metropolis engloba tanto crítica social, como un postulado filosófico y un viaje por la historia hacia el Japón moderno. Esa es la maravilla de Katsuhiro Otomo, lo mismo que logra en Akira, y lo que intentó en SteamBoy, solo con menos sutileza. Metropolis toma el tema de un régimen totalitario, lo combina con un dilema de identidad y lo hace mediante la metáfora de seres robóticos comparados a seres reales.