
Es una de las películas más emotivas que he visto en mi vida (y que veré, muy probablemente). En ningún momento cae en pretenciones, ni melldramas forzados y cada uno de sus momentos sentimentales se sienten completamente orgánicos. De las dos o tres mejores películas que he visto sobre la Segunda Guerra Mundial (si no es que la mejor) y eso es decir bastante. Recomendada para casi cualquier persona, pero con la advertencia de que es una cinta para contemplar tranquilamente, no la vean con su grupo de amigos bromistas.