Enésima adaptación de la novela de Gustave Flaubert, la versión de Minnelli no es más que una blanda y academicista película que no pretende otra cosa que ilustrar fielmente el texto original. Pese a su pulcritud en la puesta en escena, la relamida historia sólo deja la sensación de estar asistiendo a la visión de un vetusto melodrama al que el paso del tiempo ha tratado mal.
Por otra parte, la ambigüedad que envuelve su contenido es demasiado notoria y poco interesa que Emma Bovary tenga desde niña una fantasía desbordada, si ésta se reduce a encontrar al hombre de su vida para convertirlo en su esposo. Todo ello inmerso en ambientes burgueses donde mariposean galanes adinerados -cuanto más lo sean, mejor- y tan estúpidos como ella. Nada importa el hecho de estar casada con un médico rural ni la cuestión moralizante que suscitó la obra en tan remotas épocas debido a sus inocentes devaneos amorosos.
Y si estaban de más semejantes circunloquios mentales en aquellos tiempos, a estas alturas ya resultan absolutamente anacrónicos y absurdos. Microfilm rancio y de fallidas pretensiones.
(12/5/1987)
-Crítica Nº 22-
3/10