
Una vez que se ha leído el libro es difícil no sentir el ritmo entrecortado pero a la vez resulta elogiable la cantidad de cosas que quedan expresadas implícitamente, en especial gracias al elenco de la película, sin duda uno de los mejores de todos los tiempos, con Marlon Brando dando una actuación admirable, Robert Duvall y James Caan dando interpretaciones sólidas a lo largo de toda la película, Al Pacino dándole a su personaje cada vez más presencia en pantalla (lo cual no debe ser fácil actuando al lado de Brando) y otras buenas interpretaciones como la de John Cazale. Y no es sólo en elenco que esta película se ha vuelto memorable: hay al menos una gran cita ("Le haré una oferta que no podrá rechazar"), una gran canción (Speak Softly Love) y una escena que tiene el poder de quedarse contigo una vez que la vez, la famosa escena del bautizo.