
Me persuadió el comentario de Jean Gilli: le esfuerzo de Comencini en pintar a venecia con el detallismo de un Guardi o un Canaletto, más no paissajístico, es ejemplar. La secuencia de la cirujía e suna fiesta negra, más que el carnaval. El problema es que, aunque pueda ser fiela las memorias de Casanova, el no subrayar más su sexualidad antes de romper con la carrera religiosa, frustra algunas expectativas