Review of Hamlet

Escenario: un cementerio danés a la luz del día. Personajes: un sepulturero, un joven de negro y su acompañante. Acción: el joven, perseguido durante cuatro actos por la tragedia, recoge una calavera e inicia un soliloquio sobre la brevedad y futilidad de la vida humana. Estos ingredientes dan forma a quizá una de las imagenes más emblematicas de la ficción y el imaginario colectivo.

Hamlet, la obra mas representativa y célebre de William Shakespeare, ha sido objeto de incontables análisis y reinterpretaciones durante los más de cuatro siglos desde su estreno inicial. Y es que el contenido filosófico, psicológico, religioso y poético presente en su texto comprende tal profundidad , que difícilmente llegará el día en que pueda existir un consenso sobre su totalidad, o en que no aparezca una lectura nueva de mano de nuestra siempre en cambio forma de interpretar el mundo.

La razón de su eterna vigencia es simple: es una obra cuyo principal objetivo es indagar los mas oscuros abismos de la naturaleza humana, sus diversas facetas y sus letales contradicciones. Toma para esto al mismo protagonista, este "héroe" quien hace de su encrucijada personal un lento y tortuoso recorrido sobre sus pecados y los de quien lo rodean. Hamlet, el alguna vez bondoso joven, amable, considerado y devoto hacia su hermano hombre, reducido y trastornado por la mano del destino en un pozo sin fondo, cuya única motivación en la vida es divagar sin pausa sobre su propia miseria. Confrontado ante la verdad de la muerte de su padre, cae en un espiral oscilante entre la sanidad y la locura donde se verá cara a cara con la desnudez de su alma, y con ella, la alma común de la humanidad. Irremediablemente reflexivo, demasiado listo para su propio bien, incapaz de abandonar un intelactualismo obsceno y asqueroso, el príncipe se ve transformado en el espejo donde todo observador encuentra la fea verdad sobre si mismo. Su ingenio, el único bastión para hacer frente a la vacía falsa existencia. Adopta una disposición pesimista, misantrópica, hasta nihilista en ocasiones. "Mas para mi, ¿que es esta quintaescencia del polvo?...". Atrapado en sus indagaciones, es la antítesis del héroe trágico arquetípico; no es su pasión que le impide el raciocinio, sino su raciocinio que le impide la acción. Esta indisposición a tomar armas y actuar, ¿corresponde a la maldición del hombre? Criatura entre dios y animal, ni esto ni aquello, condenada a un titubeo sin fin, a un eterno "no lo sé". Ni idea sinceramente; y mil miradas no bastarán para una respuesta concreta.

Esta es una lectura cuya gracia recae en las implicaciones e ingenio de su diálogo, a tal nivel que la trama parece algo secundario, hasta prescindible. Como ha sido señalado muchas veces, es posible encontrar y sacar a la luz varias "faltas" en lo que correspondería a la construcción del argumento. Por supuesto, hay desde contradicciones en lo que respecta a los hechos, conveniencias prominentes, hasta el ancestralmente repudiado deus ex machina (vease el asunto con los piratas), además de uno que otro agujero. Aún así, no creo que aparezcan lo suficiente o en tal cantidad para demeritar el resto del texto, e incluso puede uno entretenerse si decide tomar uno de estos puntos como un giro en la interpretación personal (¿cual es realmente la naturaleza del fantasma?). Y como la trama no lo es todo, y al que piense lo contrario le ruego revalore sus criterios, se puede encontrar un mucho mayor valor en la maestria en cuanto a caracterización de personajes. Más allá del mismo Hamlet, el resto del reparto, por extensa o breve que sea su aparición, poseen un rico y profundo contenido. Desde la duplicidad de Claudio, pasando por la ambigüedad e intriga de Gertrudis, hasta la trágica inocencia de Ofelia, cada uno sazona el retrato de complejidad de la obra. Son la podredumbre presente en lo humano, lo humano presente en los salvaje. Se revelan torturados, carcomidos por la conciencia y la moralidad, todo mientras luchan desesperadamente por preservar el nefasto disfraz de la apariencia, objeto desmenuzado y deconstruido durante los cinco actos. Podemos estar poco seguros de las motivaciones de los personajes (tal como ellos mismos parecen estarlo), y aún así empatizar y vernos fascinados con las vueltas que dan a sus acciones. "Algo se pudre en Dinamarca", efectivamente, puede leerse como la tesis central del texto. Nadie esta a salvo, ni siquiera la tragedia misma.

Podría extenderme en cuanto a tal o cual aspecto, pero hablar en detalle de absolutamente todo acerca de la obra resultaría una empresa interminable. Decidí centrarme, principalmente, en los personajes y su trasfondo psicológico, además de las tematicas principales, pues es sinceramente lo que me interesa y lo que me lleva a releer el texto cada cierto tiempo. Al final, la recomendación se vale en realidad no de una sentencia crítica absoluta, sino de qué puedes sacar personalmente de tu lectura. Es el poema ilimitado, cuya única garantía es el regalo de una nueva perspectiva en torno a la vida y lo humano con cada visita. Vístete de negro, agarra una calavera y disfruta los desvarios del dulce príncipe en su recorrido por la locura humana.