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Review of Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance) (2014)

Este es otro de esos tantos intentos de retratar un contraste y un drama dentro de un ‘’artista’’, generalmente de una vida arruinada, para acertar algún meta-comentario sobre significados en el trabajo de uno, la vida privada siendo consumida por el narcisismo y obsesión con un mencionado trabajo que se termina comiendo más de lo que debería en tu también mencionada vida. Birdman busca darte una imagen del mundo del espectáculo en forma de cuento trágico-disparatado a lo 8½ o Sunset Boulevard, siendo casi igual de exagerada y sobre-dramática, pero con algo más de jugo para sacar de cosas como su protagonista o la intención de su final.


Riggan Thomson, un actor que vive de sus viejas glorias intenta regresar a la relevancia con una obra de teatro, una adaptación de un cuento de Raymond Carver que según él es ‘’su vida’’, pero que sostiene un drama a lo largo de toda la historia acerca de qué relevancia es la que realmente busca, si el sentimiento de poder y alcance que genera el estar en boca de todos o una autorrealización que verdaderamente busque evocar lo que siente luego de todo este vacío. Obviamente que en el medio hay más cosas para saber del personaje, entre sus líos familiares, relaciones con otros actores o productores, y un contraste de mentalidad que vuelve aún más divertido su conflicto interno: dos partes en su cabeza que tratan de callarse la una a la otra en el dilema de si este poder de fama consiste en hacer lo que se quiera siempre que contente a la gente mientras se tiene la capacidad de hacerlo, o si por otro lado la gente empezó a verte nomás de reojo y como un recuerdo porque justamente nada de lo que hiciste fue importante o arte estrictamente hablando.


En todo esto hay una visión de los demás que le recuerdan lo que siempre fue, o sea un actor que hizo fama y plata con lo comercial y fácil de digerir, que ahora parece querer hacerse respetar más de lo que debería, y a tal punto llega esta óptica que su misma hija se lo echa en cara cuando se le descubre que estaba fumando porro a escondidas. Las diferentes relaciones que se le ven a Riggan lo vuelven muy multi-facético, dándole ese lado maniático y ese sensible sin que desentonen al conocer gran parte de su pensamiento, sabemos mucho tanto de él como de sus métodos para tratar con colegas o trabajar, su rigurosidad y su depresión, parte de su trasfondo, su puntos bajos y altos o sus culpas que arrastra como todo elemento de trayectoria en el cine. En el medio ves a otros personajes compartir con él y hasta conocés sus conflictos, como Mike quien nunca superó esa etapa de adolescente hormonal engreído al no conocer nunca el amor ni el arte verdaderos, su hija a la que se le ve el dolor de tener a su padre como un perro viejo que busca dar una imagen que nunca tuvo y que hasta lo confronta, su ex mujer que pese a todo sigue sintiendo cierta preocupación por él y el daño que le provoca su obsesión con relanzar su carrera, o su socio productor que nunca deja de verlo como un loco suelto para ese punto pero que le mantiene un apoyo incondicional.


Está, por supuesto, el comentario del ambiente cíclico y tóxico de Broadway lleno de pervertidos y drogadictos narcisistas, el de la crítica ‘’especializada’’ siendo ya deshonesta y cayendo en motivos personales para terminar de hundir figuras mostrando su nulo profesionalismo, o el de la obsesión que puede generar el sentirse uno sin rumbo significando extremos que pueden costar hasta la propia vida. En todo esto se engloba el tema general de la película, que es básicamente la crisis de no saber qué es lo que amás de lo que hacés nublándote ante la idealización de un pasado, y cómo la ambición hace que esto te pueda llevar a un pozo donde todo comienza a molestarte y nunca encontrás solución.


Por supuesto que el lado cinematográfico es un sin respiro en el buen sentido de la palabra, con ‘’un mismo’’ plano secuencia que atraviesa todos los escenarios a medida que pasan las escenas, las cuales se separan por hechos específicos como apariciones de personajes o situaciones que derivan en llevar la atención de estos a otra cosa haciendo que la cámara tenga que viajar de nuevo, lo que nos permite no solo estar todo el tiempo con los personajes conociendo todas sus reacciones sino también mantener esta sensación buscada de agobio, que es lo que se da a entender desde el primer momento que siente el protagonista ante este mundo y esta edad que no parece darle descanso tanto físico como mental. Fuera de este exótico uso y edición particular de las transiciones, las visiones raras de Riggan acerca de lo que lo rodea ocupa un lugar interesante en el punto, con esas escenas de ciencia ficción y hechos surreales dando la idea de que no existe aún esa superación de ver al mundo como quizás antes lo veía, esa sensación de que todavía queda algo de ese poder guardado pero que ha de ser utilizado ahora en tomar un nuevo rumbo de éxito. Por otro lado, la musicalización tiene su juego en la ambientación que así mismo parece darse el protagonista al pensar y trabajar, y si bien no hay un soundtrack como la gente puedo reconocer que a veces te logra confundir en esas partes donde la mente de Riggan parece mezclarse con la realidad, usándose cortes bruscos en la música o ruidos de climas ajenos al presente incluso si no estás viendo nada explícito, justamente para aportar a todo esta locura. No puedo dar a destacar mucho de los trucos fotográficos más allá de alguna forma divertida de encajar a dos personajes en un mismo plano estando notoriamente distanciados o el esporádico uso de la primera persona, y no soy mucho del tiempo prestado para escenas de sexo, pero es en general una correcta dirección.


Dicho esto, con temas tan fuertes e ideas sugestivas que de hecho logran ponerte a pensar, ¿qué puede salir mal? La realidad es que casi todo análisis es válido alrededor de los tópicos, pero ninguno ante las conclusiones de estos, las cuales no puedo dejar de ver como a González queriendo hilvanar todo al final de forma precoz para terminar fracasando. Incluso podría empezar con los personajes fuera de Riggan quien si bien es complejo tiene un cast alrededor que, como hice entrever, funciona simplemente para complementar su arco sin más o dar uno que otro hincapié. Y no es solo que nadie jamás cambie o madure y que todo aprendizaje sea sustituido por etapas de enojo cual niños pequeños; Mike existe solo para darte a entender que es un degenerado por su vacío ya que solo es una cáscara que sabe actuar bien, punto que ya a los 20 minutos era reiterativo y hasta parecía sobrar haciéndose más desagradable que gracioso, Sam no posee ningún arco en especial más allá de ser ‘’la hija’’ y el ‘’nexo familiar conflictivo con todo esto’’, ni siquiera su asuntito de que se termina cogiendo a Mike y le gusta la maruja termina significando algo a fin de cuentas, el resto se resume en orbitar y recordarle cosas feas a nuestro protagonista en cuestión o en ser nuevamente una reiteración de los puntos antes mencionados, con un montón de sexo, alcohol, drogas o malas palabras para dejarte BIEN claro que este ambiente es una verga y parece que no hay nada más para detallar la decadencia que bajo estos principios, y se vuelve monótono.


Pese a lo último, la principal razón por la cual creo que la película fracasa en su punto es por lo mismo que le critico a Whiplash: lo más importante que es, por lógica pura, el tema del arte, no tiene NINGUNA indagación o preocupación dentro del punto mismo de la lucha interna en Riggan por hacer algo de valor, y el propio hecho de que la obra es ‘’su vida’’; la pregunta es, ¿cuál es dicho valor? ¿Cómo yo como espectador me puedo cerciorar de que sea efectivamente ARTE lo que hizo o pretende Riggan? La respuesta no existe, Riggan está hasta el último minuto divagando entre si la pretenciosidad, si lo comercial, si la profundidad, si lo que debo plasmar o quiero dar a entender, pero el contenido mismo es lo que no se está mostrando, y el objetivo del personaje en volver a dejar una marca se diluye si al final lo único que pareció generar fue una controversia y ser el hombre del momento o el más twitteado o alguna pajería del estilo. Sencillamente González se olvida de elaborar una finalidad en el arco de Riggan, o el que si al final lo que hizo (más allá de pegarse un corchazo en el escenario) tenía un contenido que vaya más lejos del ida y vuelta de la relevancia, puesto que sus problemas emocionales pasan únicamente por el contenido de su obra y si el fin se va en lo significativo y propio o en solo volver a ser una gloria, y cuando finalmente se llega a un acuerdo consigo mismo es cuando el estreno se da y ocurre lo que ocurre, sin una pista muy cercana de qué aspectos de todo este drama trató en su guion sacando los 3 diálogos que le vemos tener en su obra, que son los mismos siempre por cierto.


Con lo último doy a entender que en ningún momento lo importante es lo que hizo Riggan en su obra sino lo que quiso conseguir con ella, cosa irrelevante para lo que es el asunto de su autodescubrimiento, porque para eso se tendría que haber puesto en cuestionamiento el contenido de la obra en sí misma porque sino todo lo que ‘’recapacitó’’ no tuvo ninguna manifestación, y a diferencia de Synecdoche New York, el punto jamás es qué vas a plasmar, sino el para qué lo vas a plasmar, que no te digo que esté mal de no ser porque enorme parte del conflicto mismo va en lo que te hizo ser una estrella en algún momento, y que hayan tantos monólogos internos acerca de la trascendencia y la realización que se ve en el arte con su relación con el amor entre otras cosas termina siendo al pedo siendo que estas vivencias que lo llevaron a donde terminó no se ven nunca reflejadas en el trabajo de su vida, sino en las conversaciones esporádicas que el tipo tiene con sus cercanos, que tampoco interesa mucho porque no es como que el tipo se vuelva mejor persona o algo así entre su ambiente. Nada termina por concluir fuera de dar algún indicio o chiste negro de pelo suelto y sentirse por encima de todos, el simbolismo con volar o sentir que se tienen aún los poderes y demás metalenguaje es parte de todas estas referencias al estado mental del personaje que increíblemente no se relaciona a algún cierre sobre lo que se preparó en toda la película, la obra de Riggan.


Si también tengo que agregar, puedo resaltar el hecho de que la reacción social ante la obra de Riggan no contiene más detalles que un impacto mediático como si de eso tratara el arte, sin alguna otra explicación muy profundizada acerca de cómo es que ahora la crítica lo resaltó por irse al pasto con el final y hace 2 días parecía que se lo quería comer vivo por el hecho de existir, e incluso quitando el final de la película -con lo que insisto bastante-, en el trayecto no parece haber mucho interés por parte de ella en mostrarte qué tan bajo cayó su figura a nivel social o qué piensa verdaderamente el público entendido o el periodismo más allá de una vieja chota sobre su presente, está todo muy por arriba y hace que el contexto termine viéndose hasta sobre-dramatizado viendo la situación interna en comparación con la externa. Más bien, parece que el problema de la gente con Riggan es su ambición enfermiza y su estado emocional, no tanto el hecho de qué fue lo que hizo y cómo le afectó, parece que es Birdman y listo.


El punto que le veo querer hacer a la película es que no importa realmente quién haya sido Riggan, sino que su percepción de sus capacidades es lo que le puede determinar su futuro o su trascendencia; dicho en criollo, está el mensaje de que mientras sepas que sos capaz de hacer arte, es cuestión de vencer las manchas que deja el retorcido mundo del espectáculo que reduce a este al mínimo para darte cuenta que triunfar al final era otra cosa. Suena bien, e incluso se lleva bien hasta que caés en que lo más importante de todo, que es el significado del trabajo de Riggan en sí, nunca se explora, y hasta se deja la idea de que no importa si total los artistas ‘’son los únicos que entienden’’, que hasta se emplea como argumento para rebajar el concepto de crítica y el de los que se deben encargar de digerir las obras. La superación de los complejos generados por tu gloria perdida es importante, pero no garantiza la creación de un arte de más o menos calidad; nuevamente con el ejemplo de Whiplash, donde si bien el mensaje del sacrificio y arrancarte de cosas que amás por tu compromiso con tu arte es correcto, no hay nunca un inciso en cuál es el contenido de ese arte, y por ende la obra entera bien puede tratar sobre grandes intenciones, pero que al final no necesariamente pueden tener un resultado satisfactorio. Claro, con Whiplash pasa que la película es estrictamente sobre el sacrificio y al final es parte del punto el hecho de que no se sepa bien para qué fue todo porque el tema va en si valió la pena o no, en Birdman el drama es justamente qué es lo que debería buscar para su carrera, por lo que el no centrarse en qué fue de su obra es un error en sí mismo.


Poniéndome un poco más personal, gente como yo, que consume arte y como sana práctica le busca tomar un valor para quedarse con lo mejor desde que tiene uso de memoria, la evaluación no es un reclamo para que me dejen contento o una forma de creer que el artista a mí me debe algo, es simplemente una forma de separar lo bueno de lo malo o aunque sea lo menos bueno de lo genuinamente malo, si creo que esta película le erra en dar una representación de cómo trascender con una obra es porque enfoca mucho el punto en la opinión de ‘’entendidos’’, y nunca en la inspiración de la gente, en la pasión y el don, no tanto en lo personal y el sufrimiento. Al mismo tiempo el único crítico ‘’respetable’’ que se muestra en la película es tratado como un atacante directo a lo personal y en nada a lo artístico, y el hecho de que Riggan nunca parezca recibir un indicativo de que de verdad hay un desarrollo en él y un impulso por ser diferente sin ser un golpe psicótico (no lo culpo, se estaba muriendo y su nena estaba más atenta al impacto en redes que a su estado) hace que menos pueda entender cómo es que la obra fue igual durante toda la transición emocional salvo por el final en donde ahora sí se la da en serio. Todo esto que nombro es prueba viva de que la película jamás se mete en qué es en serio el arte, y solo divaga en un arco que expone problemas y parece apaciguarlos para que el protagonista tome una decisión final volviendo a la cinta pretenciosa, decisión final que no interfiere en realmente mucho de su obra completa, la cual jamás interesa, ergo jamás interesa el contenido, ergo los temas están incompletos y la escritura está a medias.


La trama debe ser lo que peor funciona desde un comienzo, no solo por esto que nombré de que no se apunta a un desarrollo de mentalidades, sino que todo va de delirio en delirio hasta que un delirio más grande se da cuando la cosa se pone un toque más jodida convenientemente (Mike queriendo coger frente al público, este último levantándose a la hija de Riggan, este otro en situaciones cómicas exageradas que son fácil detonante de su ya expresa locura), llegando así al final en donde se le salta la chapa totalmente al protagonista y este termina por hacer la más grande locura. Como verán, no hay realmente un hilo de sucesos que vayan armando un panorama dado para la reflexión final, sino que esta es sencillamente la culminación de otras varias reflexiones que muchas veces son independientes a los acontecimientos y a la interacción, es decir, la vida miserable de Riggan es algo que viene en su starter pack, y también su forma de pensar, la conclusión que vemos no es la de las cosas que le pasaron, sino la de su serie de pensamientos que siempre estuvieron ahí independientemente a la trama que vemos, lo cual termina siendo poco más que un impulso para armarse en valor y hacer algo arriesgado que, como vimos, no estaba tan relacionado al enfoque reflexivo pese a que la película te quiere convencer de que fue una genialidad ‘’por parte de un loco’’.


Mi problema con la película no es su poca seriedad, sino su intención de convencerte de algo que jamás demuestra, es un mensaje que se entiende desde el arco de personaje pero no deja nada claro en su catarsis, que no termina significando un cambio de intenciones, de planes o de cosmovisión, sino el fin de una lucha interna que desde los primeros 30 minutos se deja ya bastante explícita y no obtiene mucho añadimiento más allá del recado final el cual queda en vano ya que nunca sabés si en verdad todo lo reflexionado se agregó a la ambición del protagonista -que es en lo que gira la obra alrededor- o si simplemente fue una conclusión personal. Cargada de metalenguaje, críticas fáciles y algo de pretenciosidad, suficiente para dar un balance que a cualquier casual podría seducir, por lo menos.



5/10

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Added by El Zumbador
2 months ago on 11 February 2024 05:32