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Interpretaciones del tipo "Frollo era el bueno" o "los gitanos no son representados como lo que realmente fueron", ignoran por completo la esencia de lo que la película realmente quiere transmitir. Quizá, y solo quizá, el segundo aspecto antes mencionado pudo haber sido mejor implementado, pero sigue sin ser realmente relevante cuando el punto de la película con Frollo no es si los gitanos realmente practicaban brujería peligrosa o no, si no que independiente a las características de la persona, todos somos hijos de Dios.
Por esto último, es que Frollo representa una versión extremista, deformada, tergiversada (y muy real si me preguntan) de la iglesia. Dentro de todo el paripé propagandístico para rebajar la religión, hay una verdad en que (a veces), verdaderamente el dogma de fe y una filosofía con sentido puede llegar a transformarse en algo que ignora las bases reales de lo que se predicó alguna vez. En ese sentido, la película representa excelentemente ese conflicto.
