Doctor Strange es una grata sorpresa. Esta película suele ser valorada, sobre todo, por su despliegue técnico. Sin embargo, es mucho más que eso. La escena más famosa de la cinta (la del viaje astral) no es solo un montón de efectos especiales puestos para apantallar: tiene un sentido temático. Del mismo modo, elementos como el Ojo de Agamotto señalados como gigantescas conveniencias argumentales tienen un porqué.
El viaje de Stephen Strange es uno para aceptar el dolor, la muerte y el tiempo; frente a la evasión de la realidad que busca Kaecilius. El trato que hace con Dormammu es uno que, en realidad, hace consigo mismo. "No puedes vencer tus demonios, solo vivir por encima de ellos".