
(MU) Me gustó más que la primera vez que la ví en Cuba en los 80. Sara Gómez rompió varios moldes, sin salirse del principal: el rollo revolucionario enfrentado a maneras de ser disfrazadas de antiguas, pero más humanas, sinceras, actuales y con 'filin' que todo el rollo ese. Una sutil y simple actualización de "Memorias del subdesarrollo"...