Review of Primera temporada de Los hombres de Paco

La primer temporada de Los Hombres de Paco es muy divertida. Qué va, de lo más divertido que haya visto en series de televisión en general, y españolas en particular.
No es que sea el experto en televisión española, claro está. Pero tras haber visto algo de Aída, la serie española por excelencia de la época, me parece que Paco y sus hombres son un claro vencedor en cuanto a comedia.
La serie se caracterizó por ser un pionero en la televisión española, en cuanto a humor físico. Esto se puede ver desde las propias entrevistas al staff de la serie mientras esta temporada era rodada. Las mayores complejidades al elaborarla venían de parte de el apartado de efectos especiales, haciendo cosas que en sus palabras "jamás habían sido hechas para la televisión española". La serie no tiene un enorme valor productivo, pero es precisamente esto lo que hace que sus situaciones extremas resalten tanto, pues su presupuesto ajustado, se aprovechó al máximo para crear humor con incendios, tiroteos, golpes, caídas y explosiones. Sin embargo, la "quid" del asunto, no está en los qué, si no en los por qué, y ahí es cuando la serie realmente brilla, pues este humor físico tan extremo es representativo de la identidad general de la serie; Una generalmente extrema, y por ende oscura. Los Hombres de Paco en su base es una serie cruda y visceral, en donde la comedia suele recaer en las estupideces de los personajes protagónicos, arruinando casos policiales importantes en el proceso. Es precisamente la importancia de estos casos, lo que hace que todo se decante a una comedia muy negra. Pasando de encubrir la muerte de un detenido, descalabrándolo en el intento de enterrarlo en un descampado, hasta el intento de infiltrarse en una secta satánica por el secuestro de una chica que será asesinada. Son situaciones muy oscuras, que vuelven hostil el entorno de estos personajes de caricatura. Comúnmente degenera en premisas repletas de excesos de todo tipo; De violencia, prostitución, desenfreno y drogadicción. Sin embargo, lo brillante está, en que también vuelve a la serie más real.
El contraste es notorio cuando los protagonistas son caricaturas, y su mundo es igual de crudo que el que vivimos. Sus peripecias no son más que torpezas sacadas de algo como Bob Esponja (de hecho hay chistes que son exactamente iguales), sin embargo, la inocencia de divertirse con unos personajes torpes, raya siempre con lo macabro cuando las consecuencias a su torpeza son tan densas. Esto es lo que hace que, la serie llegue a un nivel mucho más real con la comedia que está presentando, y por ende esté contando algo más interesante que unos simples chistes. Nos reímos de las tonterías de los personajes y sus torpezas, pero lo hacemos a costa de saber que están pasando por encima de verdaderas atrocidades, incluso a veces de su propio dolor personal.
La otra cara de la moneda de la serie, es su lado Sitcom. La historia gira en torno a las tonterías de Lucas, Paco y Mariano en la comisaría de San Antonio, pero siempre que no están poniendo su vida en constante riesgo arruinando casos policiales, pasamos de su vida profesional, a la personal. A la convivencia con sus familias o gente cercana, mientras intentan ocultar sus problemas profesionales de los demás.
Aquí es cuando resulta más que aparente que la serie intenta contar algo a través del subtexto. Pues lo que he dicho antes se reitera más que nunca cuando vemos la vida personal de estos individuos. Como ya he dicho, este es un lado "Sitcom", particularmente, el lado de Sitcom familiar de la serie. Debido a que Lucas no tiene familia, y Mariano está alejado de ella, normalmente vemos a la familia de Paco; La familia Miranda. En una Sitcom normal, lo más que veríamos, sería a los personajes hacer cosas divertidas con su personalidad ocurrente. Pero en Los Hombres de Paco lo que es divertido se entremezcla nuevamente con lo oscuro y siniestro, debido al golpe de crudeza y realidad. San Antonio es un mal barrio, lleno de gente libertina y violenta. La vecina de la familia Miranda, Bernarda, es una ninfómana con una pareja en prisión, cuyos hijos se la pasan en malos hábitos gracias a su falta de figura paterna (cosa que la propia serie remarca). La esposa de Paco Miranda, Lola, es neurótica al punto de creer siempre que su marido le está engañando, viviendo con él a duras penas por sus constantes peleas, mientras su hija adolescente, Sara, no es atendida por ninguno de sus padres y está enamorada de un treintañero amigo de su padre.
Es una familia no solo disfuncional, si no profundamente rota. Pero que por encima de todo, se asemeja a una familia de la vida real, y los barrios bajos de San Antonio no son más que un reflejo de la clase media y baja, mientras en la vida profesional de los protagonistas policías, se enfrentan a los crímenes que también enfrenta cada país tercermundista en la vida real.
Sobre todas las cosas, Los Hombres de Paco refleja con una gran dosis de humor, lo que son en esencia, constantes situaciones de dolor. En el primer episodio en que Paco y Mariano encubren la muerte del detenido, intentando sacarlo de la comisaría y enterrarlo, no solo vemos comedia física con el cuerpo cayéndose, ahogándose o descalabrándose por su torpeza, también vemos a los personajes llorando y cayendo en auténticos shocks traumáticos, al punto que Mariano acude al funeral del fallecido al final del episodio por la tristeza que le genera el destino de este hombre. Aun con esto, la serie sigue siendo una comedia, pero de nuevo, una comedia repleta de dolor. Por eso funciona tanto, porque en su base, es la máxima expresión de lo que es la comedia; Una manera de reírse de la realidad, aun a costa de la crudeza que está siempre a nuestro al rededor. Sin embargo, de manera implícita, Los Hombres de Paco hace conscientes a los espectadores de la crudeza del mundo real, mientras al mismo tiempo hace que sigas riéndote. La intro de la serie podrá ser algo ñoña y su significado podrá no ser a posta, (probablemente es la intro para promocionar a la banda de Pignoise), pero refleja todo lo que la serie significa aun si no fue intencional, reírse aun ante un mundo oscuro y adversidad, cosa que la serie no hará más que reiterar conforme más avanza:

"...En San Antonio siempre estás, vencido
La gente sueña con escapar de aquí
Pero no se está tan mal
Este gris no es el final, sí
Nada que perder, mírame reír
Volveremos a salir..."


Hablando de dolor, no solo este elemento hace que la comedia tenga un por qué, que le da una identidad propia a la serie, hace también a la serie una muy humana. Es una comedia con un especial énfasis en los personajes, que conforme más avanza la serie, empiezan a tener sus propios conflictos personales que terminan siendo el foco central de varios de los episodios. Por dar un ejemplo, está el pequeño arco de Mariano encontrando su verdadera vocación en el episodio "Un lugar en el mundo" (el cual por cierto es mi favorito de la temporada). En este, tenemos la típica premisa graciosa de la serie, en donde Paco y Lucas dejan escapar a posta a un peligroso criminal, haciendo que la comisaría entre en caos cuando toma a civiles como rehenes.
Sin embargo, la base de todo el episodio, y lo que hace que esta premisa exista en primer lugar, es el intento de hacer que Mariano no quiera dejar su oficio de policía, cuestionándose (como lo dice el nombre del capítulo), cuál es su lugar en el mundo, y propósito.
En términos generales, la serie hace un excelente trabajo combinando lo personal con lo profesional (o poco profesional) de los personajes. De alguna manera, pese a hacer cosas dignas de un -100 de IQ, los personajes terminan siendo muy humanos y con conflictos con los cuales se puede empatizar completamente. Cosa que a su manera es nutritiva para la comedia negra, pues los conflictos fuertes por lo que pasan, son de alguna manera el blanco de las risas, mientras al mismo tiempo son parte del drama con el cual se empatiza ¡y ambas funcionan a la vez!

Ahora bien, no es que sea una serie perfecta de ninguna manera. Esto que acabo de comentar es únicamente para los episodios mejor logrados, y de ahí, sus tramas mejor logradas. Porque sí, con hora y media de duración para cada capítulo (¡una barbaridad!), cada capítulo está plagado de subtramas, que no hacen más que aumentar conforme avanzan los episodios. Cuando las subtramas se retroalimentan entre sí, como en el segundo episodio [La Paranoia], es fantástico, pues todo sirve de Punchline para los chistes de una misma trama, dándole más impacto. Sin embargo, el show se descarrila un poco cuando tenemos a Bernarda relacionándose con un actor porno, mientras Paco, Lucas y Mariano creen que desataron una pandemia mundial. Una trama es infinitamente más divertida que la otra, y se resiente mucho. La comedia negra en Bernarda descubriendo que su actual novio graba pornografía está, y no es del todo mala, sin embargo, no tiene el nivel de exageración y dramatismo que la otra trama sí. Incluso en algunas ocasiones en que las tramas se retroalimentan, como en el episodio La Mentira, la subtrama de Bernarda creyendo que cometió necrofilia, es graciosa por una fracción de segundo, de ahí se alarga en una trama que no hace mucho con eso precisamente, y cuyos malentendidos no son tan extravagantes y exagerados como en el episodio anteriormente mencionado de La Paranoia.
Sin embargo, estas subtramas siguen sin ser suficiente para que el show rellene esa (innecesaria) hora y media de duración por capítulo, por lo que siempre llegan a bombardear con montajes promocionales de la banda de Pignoise. No está mal la primera vez, pero una vez que son montajes musicales que si cuatro mil millones de veces, ya pierde la gracia. Aunque de todas maneras en esta temporada más enfocada en la comedia oscura, gracia no tiene casi ninguna, y es el doble de sin gracia (incluso incómodo), cuando se utiliza esta música pop en los momentos que la hija de Miranda (menor de edad), demuestra su obsesión por su tío treintón. Luego la serie hace algo con esto, pero su trato en la primer temporada es básicamente inexistente, y hace a uno cuestionarse mucho qué se intentaba hacer de parte de los guionistas (aunque probablemente fuese más que nada promoción a la banda antes mencionada, relleno de tiempo, y una manera de captar al público adolescente).

Por otro lado, por más que valore lo pionera que fue la serie en cuanto a efectos especiales y humor físico en la televisión española, no deja de ser una producción relativamente barata, lo cual se llega a resentir cuando uno ve el micro colándose por algunas escenas. Pero sobre todo, cuando algunos actores no hacen tan bien su papel en algunas escenas (afortunadamente no hablo de los principales o recurrentes), y a nivel directivo no se sabe bien qué hacer.

Pero qué va, cuánto he disfrutado esta primer temporada. Cualquier detalle cuestionable o tedioso se compensa con una de las comedias más divertidas que jamás haya visto. En definitiva, muy disfrutable.