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Review of Buffy the Vampire Slayer

Reseñar "Buffy la cazavampiros" es algo complicado por lo inconsistente que es la calidad de la serie, así que, aprovechando los arcos definidos con los que se presenta la serie, cada arco siendo un año en la vida de la protagonista, iré temporada por temporada:

Temporada 1:

Ya desde la premisa se notan problemas que atraviesan toda la serie.
Una chica normal fue aleatoriamente elegida para que dedique su vida a luchar contra demonios, otorgándosele superfuerza y supersentidos. Por alguna razón sólo a ella se le pide que luche contra lo sobrenatural, a pesar de que hay monstruos en todo el mundo que se tienen que mantener en secreto. Hay una organización que se encarga enteramente de supervisar que la cazavampiros cumpla su trabajo, en lugar de entrenar una fuerza militar que se encargue de luchar contra esos demonios para no depender de una sola persona. Entre tanta estupidez, que todo suceda en una escuela donde las memorias de las personas tiendan a reescribir lo sobrenatural para que esto se mantenga oculto, parece el último clavo que condena a la serie a ser mediocre.

Aún con lo mal que pudieron envejecer los efectos especiales, las aventuras individuales pueden ser divertidas por sí solas, mezclando muchos elementos míticos distintos a niveles absurdos. Pero es imposible tomarse en serio una escuela donde muere gente tan seguido y continúa operando normalmente (que hasta una vez unos alumnos embrujados se comen al director), y que la serie pretenda tener continuidad sólo muestra lo inerte que es el mundo y lo inconsecuentes que son los eventos.

La trama central sobre los vampiros tampoco es realmente interesante, pues son todos demonios que explícitamente no tienen alma y sólo existen para encontrar placer físico en el dolor de otros.
Y sus esfuerzos por parecer adulta metiendo sangre y sexo son insustanciales por el poco realismo del mundo. Vaya, se confirma la existencia del alma y los personajes atestiguan el efecto que la Cruz cristiana tiene en los demonios pero esto no muestra consecuencia alguna en las creencias espirituales de los personajes.

Lo mejor ejecutado es cómo Buffy aprende a vivir con la responsabilidad de ser la cazadora, pero como todo ese conflicto se basa en magia sin sentido, el dilema termina siendo muy insustancial.

Es una serie para adolescentes que quieren ver violencia, magia y drama romántico, no culpo a nadie por abandonarla.

Temporada 2:

La segunda temporada tiene conflictos aún más diversos y creativos, y se explaya en el crecimiento de Buffy mientras profundiza en el trasfondo y conflicto de cada personaje secundario.

Tiene algunos episodios malos, peores que cualquiera de la temporada anterior ("El demonio serpiente" y "Ted" son muy estúpidos y "El asunto escamoso" parece hecho a propósito para decirme que estas series están hechas por nerds resentidos que creen que los deportistas son estúpidos a quienes el mundo les regala todo), pero también tiene episodios más sólidos: hay más tensión, hay más tragedia, los villanos tienen más personalidad, y hay cambios en el status quo de las relaciones entre los personajes, haciendo las tramas dinámicas e impredecibles.

Angel sigue siendo un personaje muy soso, es una persona totalmente distinta cuando no tiene alma que cuando sí, por lo que su conflicto sobre el arrepentimiento por las vidas que arrebató no tiene gravedad, nada de eso lo hizo él sino un demonio que ocupó su cuerpo.
Sin embargo, su relación con Buffy funciona muy bien.

Si los vampiros han de ser representaciones de todos aquellos problemas que un adolescente tiene que superar conforme crece, pocos lo muestran tan bien como Angel. Un sujeto misterioso, mayor, que hace sentir a Buffy que es la única persona que la entiende, pero que también tiene un lado peligroso que termina dañando gravemente a Buffy.

A través de la temporada Buffy enfrenta conflictos principalmente internos, problemas de identidad y de estabilidad emocional, hasta que alcanza su catarsis en un muy eficiente final de temporada, donde los esfuerzos por salvar a Angel fueron insuficientes ante una guerra que se sale de control, y Buffy tiene que sacrificar a su novio para hacer lo correcto. Es una catarsis muy poderosa que hace parecer que toda la continuidad de la serie valió la pena.

Temporada 3:

Y eso se arruina cuando Angel revive porque sí en la temporada siguiente. No es que no aporte nada, pero no es necesario para las tramas centrales y no justifica deshacer el final de temporada anterior sin justificación más allá de "El Destino así lo quería".

Otro daño que el final de temporada le hizo a la serie y que esta temporada no enmienda es que ahora los protagonistas pueden devolverle su alma a cualquier vampiro sólo con saber su nombre. Por lo que de aquí en más siempre que matan a un vampiro también matan a la persona en la que ese vampiro habita.

Pero esta temporada también pega un salto hacia adelante en escritura.
Faith como antagonista moral de Buffy que cada vez se deja llevar más por su irresponsabilidad es otro conflicto muy interesante que causa drama muy humano.
Y que el villano sea un miembro del gobierno que negocia con demonios hace que todos esos eventos fantásticos pasando en el pueblo sin que nadie haga nada ya no parezcan tan estúpidos.
Lidiar con una conspiración mientras gente de su equipo pueden traicionarlos hace a esta temporada entretenida en su propia forma. Pero lo que hace a esta temporada especialmente satisfactoria es ver a los personajes graduarse y dejar el ambiente secundario atrás. Quizás el mundo no se vea tan afectado por la magia como debería, pero el tiempo pasa, los personajes crecen, los conflictos se hacen más maduros.

Lo decepcionante de la temporada es el final:
El director Snyder que parecía ir dándose cuenta de lo que pasaba no presenta ningún giro. Causa problemas a los personajes por querer hacer su trabajo y al final se lo come un monstruo gigante, sin ninguna oportunidad de redención.
Faith no tiene una resolución, termina dejando la serie y cuando vuelve en la temporada final se nos dice que ya se redimió.
El villano principal se convierte en un monstruo sin personalidad y es derrotado por una explosión gigante gracias a que los héroes tuvieron mucho tiempo de preparación.
No hay nada al nivel de drama que tuvo el final de temporada anterior.

Temporada 4:

A partir de acá la serie goza de la ausencia de Angel y Cordelia, quienes menos aportaban a la dinámica del grupo principal.

Si bien los primeros episodios son algo aleatorios con las aventuras de Buffy adaptándose a la universidad, una vez que inicia la trama principal se vuelve muy atrapante: Con la Iniciativa, por fin se nos muestra la reacción de las personas normales ante los monstruos, ¿por qué la organización que entrenó a Kendra y a Faith no hizo lo mismo siglos atrás? No lo sé, pero al menos no pretenden que al mundo no le afecta de acá en más.
Pero aunque el desarrollo de la relación de Buffy y Riley con la Iniciativa es lógico e intrigante, no lleva a nada interesante: Maggie se pasa de paranoica, pierde la confianza de Riley de forma estúpida, es reemplazada por un monstruo artificial que lanza frases reflexivas a lo loco, lo derrotan y se restablece el status quo en Sunnydale.

Lo más consecuente de la temporada está en los cambios en la vida personal de los protagonistas.
Buffy empieza a vivir lejos de su madre y tiene su primer relación seria y sana.
Spike se vuelve parte del grupo protagónico, iniciando una divertida dinámica en la que ayuda de mala gana al equipo mientras empieza a restaurar su moral y se siembra su atracción sexual hacia Buffy.
Y Willow se hace gay. A diferencia de otras series acá ese cambio nunca se nota propagandístico, es una inadaptada social cuya vida romántica fue muy dolorosa y de repente conoce a esta chica que le entiende y le da la atención que necesita, que se abra a la bisexualidad queda bastante creíble.

Al final los mejores episodios de la temporada son los que más desconectados de la trama principal están, como cuando Oz pierde el control de su vida sexual y cuando Faith cambia de cuerpo con Buffy. La calidad de la temporada en general es bastante mediocre.

Temporada 5:

Las temporadas 5 y 6 son la cima de la serie.

Primero usan a Dracula para asegurar que para este punto los vampiros están muy por debajo del nivel de amenaza que les cuesta a los protagonistas.
Luego presentan al villano principal contra quien Buffy no puede mantener una pelea y que le puede hacer daño grave, haciendo que la tensión en esta temporada esté al máximo, mientras llevan a los personajes a su punto más bajo.

Como la serie necesita crear drama no podían dejar que la pareja entre dos blancos, apuestos, heterosexuales, fuertes e inteligentes que se entienden y tienen estilos de vida parecidos prospere, así que Buffy tuvo que hacer incómoda su relación con Riley para forzar una ruptura.

Pero dejarla sin novio contribuye a hacer su vida más agobiante mientras se cuestiona su lugar en el mundo. Mientras Xander y Willow enderezan sus propias vidas, Buffy se hace consciente de su mortalidad, tiene que reconciliarse con su destino, con su muerte venidera.

Estas tramas sobre héroes que tienen que defender la Tierra de una amenaza apocalíptica pierden su peso muy rápido. Cuando los héroes ganan una batalla, las fuerzas del mal ya están preparando a sus siguientes enemigos. Y si los héroes pierden una vez, no queda Tierra que defender y la guerra se acaba, por lo que los héroes, al cumplir un rol totalmente defensivo, están condenados a perder la guerra tarde o temprano.
Por eso es natural que en una serie que ya desde el inicio trataba como algo sencillo el luchar contra el vampiro de la semana, con el pasar de las temporadas el enfoque se haga cada vez más íntimo y centrado en el conflicto psicológico de los personajes.

La mayoría de episodios en esta temporada son buenos, con los personajes enfrentando sus demonios internos, su herencia, su propia debilidad e incertidumbre.
Pero "El cuerpo" debe ser el mejor episodio de la serie. Es la tragedia mejor manejada, bien anticipada, aprovechando al máximo el realismo psicológico de los personajes y con consecuencias irreversibles que se notan en el resto de la serie. El episodio puede sostenerse por sí solo como el mejor trabajo de Joss Whedon como escritor y como director.

Incluso la resolución es muy satisfactoria. Es una coalición de las varias tramas presentadas en la temporada para traer un final no solamente bombástico sino también catártico, pues Buffy alcanza una conclusión personal para el conflicto que la agobiaba: La muerte como liberación de la constante lucha que es la vida.
Y fue trabajo de la temporada siguiente retomar esa conclusión.

Temporada 6:

A partir de acá la magia deja consecuencias permanentes en Sunnydale. Todos esos fenómenos fantásticos terminan dándole a tres inadaptados sociales el poder de causar problemas constantes solamente para elevar su ego, causando daños cada vez mayores.
Y tener a estos antagonistas que pueden hacer cualquier cosa en cualquier momento hace que ya no haya una trama lineal sino que se vuelva a tramas más episódicas conectadas por el desarrollo de los conflictos emocionales de los personajes.
Si la temporada 5 quebró a los héroes físicamente, la temporada 6 los quiebra moralmente.

De nuevo, es raro que confirmar la existencia del Cielo no afecte de ninguna manera la cosmovisión de los personajes, no les hace cuestionarse si hicieron lo suficiente para merecerse entrar, no le da a Buffy la confianza de que podrá volver allí algún día ni hace que Willow se replantee su judaísmo. La serie nunca considera las implicaciones de lo sobrenatural a ese nivel.

Pero la temporada es sobresaliente por el realismo con el que aborda la depresión de los héroes.
En términos de Internet "Se volvió Seinen de golpe".
Haber salido de un Cielo donde todo era paz para volver a la tormentosa vida humana no es sólo que "algo mágico pasa que hace sufrir al protagonista", porque la monotonía con la que Buffy lidiaba con su día a día ya se había establecido desde antes, y eso ahora sólo se acentúa al darle un marco de referencia con el que comparar su vida.

Además de haber vuelto a la vida para seguir salvando el mundo, Buffy tiene que entrar desprevenidamente en la vida adulta, pasando por aún más dificultades que por un lado contribuyen a su tortura, pero también remarca el sentido de progreso con la serie convee, haciendo que en la próxima temporada, cuando Buffy ponga en orden sus asuntos personales después de haberla visto crecer con el pasar de los años, sea muy satisfactorio.

La relación entre Buffy y Spike es la mejor aprovechada de toda la serie. En concepto suena como algo que encontrarías en un fanfic morboso, pero la progresividad con la que se la maneja, tras dos temporadas de Spike aceptando el efecto que los innegables atractivos de Buffy tienen en él y catalizan su lenta redención, y Buffy no sólo apreciándolo más sino también ampliando sus estándares y alimentando su gusto culposo por el peligro sólo para sentirse viva, después de haber metido en sus cabezas varias veces la posibilidad de ser pareja, es excelente.
Cuando al fin se concilia la pareja sirve para hacer llegar a fondo el conflicto de ambos personajes: Buffy negando su realidad y aislándose de sus amigos mientras se hunde más en su hedonismo en lugar de encontrar solución a su crisis existencial, y Spike, consiguiendo finalmente la validación que quería al volverse más que un amigo muy importante para Buffy, pero creando una relación centrada en el placer carnal en la que ninguno ayuda a resolver la tragedia emocional del otro.

El episodio individual que más resalta de esta temporada es “Una vez más, con sentimiento”, que es un excelente ejemplo de cómo la serie sabe manejar su diversidad de tonos, agarrando algo tan ridículo como un demonio que convierte sus vidas en un musical y usándolo no sólo para definir explícitamente el arco que cada personaje tendrá que vivir, sino también para hacerlos encarar sus problemas y anticipar las decisiones que tomarán a futuro, es ingenioso, divertido, conmovedor y catártico.
Aunque la trama fuera de las canciones tiene algunas cosas forzadas y la resolución es muy barata, es muy eficiente en lo demás.

“Campanas del infierno” es el punto más bajo de la temporada. Ni Xander ni Anya tomaron ninguna precaución para evitar que su boda termine en un desastre tan previsible con las personas que invitaron, pero eso es sólo la trama de fondo. La serie no se ganó la conclusión del episodio.
Sí, se establecieron las dudas que tanto Xander como Anya tenían de su matrimonio, pero con Xander estando en segundo plano toda la temporada, y habiendo dedicado tanto tiempo a ver cómo su relación evoluciona de estar basada en la conveniencia y el placer a un intento serio por ser una familia, que de repente esas dudas tengan tanta gravedad como para cancelar la boda a último minuto parece sólo una excusa para quitarles su felicidad a ambos y sumar al ambiente de tragedia y depresión de la temporada.

La temporada se termina sintiendo hasta nihilista, como si las relaciones entre personas rotas estuvieran condenadas a fallar, pero no es como que no haya razón por la que las cosas malas pasan. Las inquietudes y vacíos que cada personaje guarda desde su adolescencia es trasladado a la vida adulta, y cada uno queda tan atrapado en sus problemas emocionales que descuida sus deberes y a las personas que le importan, y eventualmente todo eso se acumula y colapsa.

Para mi sorpresa la serie no muestra un bias que les permita a los homosexuales conservar la felicidad que las otras parejas no pueden tener.
El desarrollo de Willow no fue tan complejo, pero fue consistente y realista. La chica bien portada y con pocos amigos que progresivamente se deja llevar más por las situaciones, sin tener una responsabilidad que la limite como a Buffy en la tercer temporada, va anticipando su potencial caída por la pendiente resbaladiza desde el inicio. Así cuando pierde a Tara es perfectamente entendible que deje salir a su bestia interna para castigar a los culpables.

Pero al parecer eso no era suficiente para los escritores, porque al final la magia toma control de Willow para que intente destruir el mundo.
Su resolución con Xander apelando a su humanidad tiene sentido, pero cualquier consecuencia de su cambio es omitida antes de la temporada siguiente, donde alcanza una resolución a base de entrenamiento fuera de pantalla.
Por lo que el cierre de su personaje, si bien funciona como respuesta a todo el pesimismo de la temporada, queda algo decepcionante para todo lo que se anticipó.

Por otro lado, Buffy aprende finalmente no sólo que la muerte no es algo a lo que tenerle miedo, sino también que aunque la vida está llena de sufrimientos, estos valen la pena por la alegría que puedes traer no sólo a ti mismo, sino a aquellos que quieres también.
No hay un evento claro que le haya hecho cambiar su perspectiva, por lo que no es del todo creíble que tras la gravedad que se le dio a la antipatía de Buffy esta se resolviese en cuestión de tiempo, pero considerando la suma de experiencias mixtas que atravesó tampoco está tan fuera de lugar que alcance esa resolución por sí misma, cerrando su hilo temático y mostrándola preparada para enfrentar el resto de su vida adulta.

Temporada 7:

La temporada final es rara.
Es una mirada retrospectiva a la serie que intenta revisar sus falencias iniciales.

Se retoma el entorno escolar, pero ahora desde la perspectiva de los adultos, pudiendo así darle un cierre redondo a la serie, con Buffy aprendiendo a cumplir su rol como adulto responsable y modelo para la próxima generación.
A diferencia de la primer temporada, la historia ya no es sobre mantener el status quo, es una guerra de dos frentes donde los héroes tienen que adelantarse a los planes del villano, hasta que finalmente puede dar vuelta las normas del mundo.

Hasta la forma en que las primeras temporadas normalizaron los fenómenos sobrenaturales de Sunnydale es satirizada en esta, haciendo que vuelvan con una frecuencia tan amplia que nadie puede enfrentarlos y la ciudad entera tenga que desaparecer por ser un caldo de cultivo para la magia.

La distinción tan marcada entre vampiro con y sin alma fue dejada atrás, en cambio, cuando Spike recupera su alma sigue siendo la misma persona, pero está confundido por su repentino cambio, permitiendo cierta ambigüedad en qué tanto necesitó un alma para enderezar sus valores, lo que es un cierre mucho más inteligente para su conflicto, pues mantiene el peso del desarrollo que tuvo hasta el momento.
Es un ejemplo de cómo la escritura de la serie parece haber evolucionado bastante.

Por otro lado, la explicación que se le da al por qué existe la Cazadora es estúpida. Todo se quiere justificar con un subtexto sobre el patriarcado queriendo abusar de chicas inocentes para cumplir sus propósitos, y nunca se explica cómo esas normas tan inconvenientes se hayan mantenido durante tantos milenios.
Al final la propia serie reconoce lo estúpido de la premisa haciendo que todas las potenciales cazadoras tengan una parte del poder, lo que también es un tipo de alegoría sobre las mujeres teniendo el poder de resistir a la opresión o algo así.

Más allá de aquellas variaciones a la fórmula que la hacen interesante a su manera, la temporada no tiene muchas fortalezas.
El cast se llena de un montón de chicas adolescentes que a pesar de ser necesarias para la trama de cada episodio y los arcos de los personajes principales, no son muy interesantes por sí mismas para el tiempo en pantalla que ocupan. (Y es especialmente incómodo que fuerzan un romance superficial e innecesario entre Willow y una menor)
El villano principal es interesante por cómo engaña y manipula a los héroes, pero más allá de eso su identidad consiste en representar el concepto abstracto de "Primer Mal" sin que se profundice de alguna manera. Y su seguidor, un fanático psicópata a quien sólo le importa obedecerlo, tampoco aporta mucho.

Mientras el final de Spike es un cierre satisfactorio para el crecimiento que tuvo en tantas temporadas, el de Anya queda muy insulso. Alguien tenía que morir para darle drama al final y Anya era quien menos desarrollo tenía del grupo. El egoísmo de Anya nunca se trató con tanta seriedad como la inmoralidad de Spike, así que si bien que ella, que en un inicio sólo pensaba en su propio placer y en la trascendencia del dinero como método de hacer funcionar al mundo a partir de los intereses individuales de las personas, dé su vida luchando por otros, sí cierra su arco de manera coherente; no es un arco que aporte temáticamente a la serie, ni se lo representa con el drama correspondiente por lo apresurado del final.

Así que al final queda una temporada que, al contrario de los complejos conflictos psicológicos de la anterior, presenta temas de forma superficial y poco desarrollada mientras deja entrever más claramente la agenda de los autores.

Conclusión:

La serie tiene sus altibajos muy marcados, cada temporada trae su tanda de cagadas porque de por sí la serie está construida sobre cimientos débiles.
No es fácil recomendarla, en parte por su estructura episódica y poco seria, y en parte por ser una serie donde la religión es inexistente, que constantemente muestra adolescentes escotadas saliendo al boliche y que seguramente es parcialmente culpable de que la brujería y la astrología estén tan romantizadas actualmente entre mujeres con problemas paternales.

Pero también tiene muchos méritos destacables. Las dinámicas entre los personajes pueden empezar algo genéricas pero preservan un desarrollo a largo plazo que compensa lo estático del mundo. Que cada temporada ponga cosas nuevas sobre la mesa impide que se haga monótona y pocos episodios puedo decir que repitan tramas de episodios anteriores sin agregarle un giro memorable.
El humor meta no arruina los momentos serios y, en cambio, es bien aprovechado en tramas cada vez más autoconscientes.
El drama se hace cada vez más eficaz, la tensión cada vez más creíble, pero sobre todo, se mantiene fiel a su premisa como Coming of Age: Los demonios a los que los héroes enfrentan cada año nunca opacan a los demonios internos que tienen que superar, y al menos Buffy termina siendo un personaje excepcionalmente humano que se disfruta mucho de explorar.
Salvo por varios episodios de relleno, en retrospectiva la serie no se siente como una pérdida de tiempo, y queda una experiencia realmente divertida y emocionante.


6/10
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Added by Pacifista O
2 years ago on 11 April 2022 19:00

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andres888Alijan8