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The Well of Ascension dio un paso delante de The Final Empire y otros dos atrás. El plus viene con los resultados de la rebelión. Como el primer libro, se intenta deconstruir típicos tropos de fantasía. La ventaja es que mientras el primero lo hizo copiándose de Ocean Eleven con largos tajos de planificación sin acciones, el segundo va sobre lo problemático que es tomar control de un estado en plena anarquía. Eso sí que es buena mierda, no hay un final feliz donde todos viven en arcoíris, hay varios señores de la guerra apuñalándose por las espaldas, haciendo estragos por todos los rincones del Imperio del Legislador.
Esto no se deja a los cretinos nobles, Vin y Elend ven sus ideales de bondad aniquilados, viéndose en necesidad de hacer actos turbios para mantener control. Hay hasta sometimientos y arrestos masivos, sin contar ejecuciones. Eso es extra prometedor al retar a los personajes en vez de dejarles con sus arcos sellados. Igual que en el primer libro hay sacrificios como la muerte de Dockson, cosa que afecta al grupo inicial, ahora al borde del colapso.
Claro que también tenemos problemas con el supuesto realismo que Sanderson atenta y no mejoran el ritmo. El acompañante del caos es un sinfín de diálogos entre diversas facciones apuntando la nueva organización o quien se queda con tal territorio. Sanderson, deja de meter estas cosas, no la vuelven más realista si es que van de mierda mágica que resuelven cada conflicto con golpes.
No mencioné esto en el primer libro porque no se había pronunciado tan tajantemente hasta ahora, no importa lo que los personajes crean que es verdad puesto que sus poderes resuelven cualquier inconveniente que se les presente. Hay estrategias y armadas que deben ser burladas usando la cabeza, pero el incremento de poderes que hay en esta entrega hacen que las batallas puedan ser resueltas con poderes. Vin es la que sufre más de esto siendo una nacida de la bruma en vez de una alomancera corriente, ella puede dominar lo que sea que le metas en medio, diablos, que hasta pudo derrotar al Lord Legislador de todas las cosas posibles.
Hablando del Lord Legislador, algo que sí había mencionado en la anterior reseña es como él fue quien hizo la moralidad gris frente a Elend o Tevidian. Pasa y resulta que el tipo era el antiguo salvador del mundo, quien creó el imperio final junto aquellos que le ayudaron a derrotar a la profundidad, una abominación que vive dentro de las brumas. Es más, el motivo por el que su régimen sometía tanto a los skaa era por descender de los cobardes que no ofrecieron suporte durante la confrontación con la profundidad, lo que se intensificó debido a la locura que generaron sus poderes. No se acaba ahí siendo que se hace un contraste con los mismos héroes que pueden acabar bajo sus mismo camino a la locura. Esto fue por lejos lo mejor del libro.
Por otra parte, lo que hace este libro peor que el primero tiene que ver con la mencionada profundidad. En resumidas cuentas, era en realidad un demonio o algo que de repente logró controlar las mentes de medio mundo para hacer lo que se le diera la gana. El setting se ve afectado gravemente por este incidente al punto que meten mierda sobre el bien y el mal cuando era una historia sobre política y moralidad. El cambio es demasiado repentino y como nunca se habían planteado estos problemas desde el vamos, todo se resuelve de la mierda.
En resumen, el Legislador fue lo mejor junto con el caos y la anarquía que no competen a la propuesta por el demonio ese. Lo peor fue el ensombrecimiento de lo anterior por la subida de poderes y por el retcon en el epilogo.
Siguiente en la lista, The Age of Heroes.
