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Análisis de Avatar: la leyenda de Aang

(Respaldo de mi reseña/análisis que se ha hecho en formato de video para el canal Davidcartoons)

Avatar, la leyenda de Aang, es una de las series de animación más aclamadas que hay, y es de notar que para occidente, es una serie animada muy poco convencional. Esto, debido a que tiene una trama lineal y continuidad, cosa que, aunque ahora es más común que antes, cuándo salió Avatar no era algo convencional y pocas animaciones Estadounidenses hacían esto. Igualmente, Avatar es poco convencional por tener un estilo de dibujo menos caricaturesco, cosa bastante sorprendente, viniendo de una producción hecha por Nickelodeon, empresa conocida por animaciones muy caricaturesco, y que a parte, eran casi que totalmente cómicas, en contraposición con Aang, serie que, aunque tiene bastante comedia, tiene una buena dosis de drama y se toma en serio durante toda la historia. Pero dejémonos de preámbulos, vayamos directo al punto y veamos ¿Avatar merece tanto la pena como la gente dice?

El planteamiento de la serie es el de un mundo en el que la gente nace con el poder de controlar alguno de los cuatro elementos, agua, aire, fuego y tierra. Y el mundo mostrado, se divide en cuatro naciones, bajo el nombre de los cuatro elementos. En este mundo, existe un ser llamado Avatar, el cuál es el único con el poder de los cuatro elementos, reencarna en otro cuerpo una vez fallecido y tiene la función de traer la paz y el equilibrio al mundo. El Avatar es un humano que alcanza la consciencia en cada una de sus vidas, y cada vez que renace tiene que reconectar con esa misma consciencia adquirida en el pasado. Básicamente, estaríamos hablando del equivalente a figuras como el Dalai Lama en la vida real, el cuál teóricamente también reencarna, es un ser de gran consciencia y está para traer la paz y equilibrio al mundo, al menos para los budistas. Diablos, incluso Aang es reconocido como el Avatar, del mismo modo que los grandes monjes budistas fueron reconocidos de vidas anteriores, dándoles a escoger entre varios objetos y esperando a que elijan unos indicados, que usaron en sus vidas anteriores. Y es que aquí es de notar el gran paralelismo entre la nación del aire y los budistas tibetanos, cosa que es bastante notoria, tanto por su filosofía, como por su apariencia. También podríamos hacer paralelismos con las demás naciones, pero no es un punto que quisiera tratar.
Más bien, prefiero hablar del cómo no me gusta el concepto del Avatar en ficción, y mucho menos como protagonista. El hecho de que un personaje sea un ser de gran consciencia, implica que sostiene la verdad, si implica que sostiene la verdad, lo que dice es lo correcto y con lo que se opone es lo incorrecto. Es un concepto que me desagrada, ya que este se puede usar para dar mensajes con superioridad moral, y con una superioridad moral que es absurdamente alta, una persona que está más allá de lo terrenal, tiene conexión con grandes fuerzas y tiene un poder muy sobresaliente. Es este uno de los motivos del por qué no me gusta La leyenda de Korra, puesto que ahí se usa el título de Avatar para decirte sin reflexión o si quiera argumentación, que ciertos sistemas políticos son terribles, ciertas motivaciones son malas o que ciertas actitudes son negativas. Normal que una obra te de una conclusión y veredicto sobre algún tema, pero en el caso del concepto del Avatar, se está implicando que sus ideas, no solo son acertadas, si no que directamente son la verdad absoluta, que inclusive está más allá de lo terrenal, restándole el beneficio de la duda que podrían tener las acciones de un ser humano convencional. Afortunadamente en La leyenda de Aang, el concepto del Avatar no se utiliza para estos propósitos y las ideas con las que se opone o concuerda Aang, no se tiran a la cara como incorrectas y correctas, siendo así, que el título de Avatar está más ahí para motivar a Aang a mejorar, en vez de estar para darle un aire de superioridad a sus ideas, frente a las de los demás.
Dejando de lado el concepto del Avatar, detallemos en el concepto de el control de los elementos, el cuál es particularmente bueno, y aun en su concepción tan simple, guarda tras de sí cierto nivel de complejidad. La cuestión con el control de los elementos en Avatar, es el hecho de que la maestría en su control no se logra obteniendo fuerza físico, como es común en este tipo de series, si no más bien, acomodando algún aspecto mental. Así, cada uno de los elementos mostrados, está relacionado con alguna actitud o manera de actuar, fuego para los de emociones fuertes, agua para los que se adaptan al entorno con mayor facilidad, aire para los que buscan ser libres y vivir en paz y tierra para los más rudos y que se enfrentan las cosas de modo contundente. Esto hace que el dominio de los cuatro elementos para Aang, tenga cierta complejidad, y no solo eso, si no que aporte a su personaje. Dominando distintas áreas mentales para poder así alcanzar la maestría que necesita para derrotar al señor del fuego. Pero igualmente, el dominio de los elementos, es uno que va relacionado con todos los personajes que los manejan, Katara fluye con la corriente, metafóricamente, pero el fluir con la corriente le hace actuar sin pensar en varias ocasiones, Suko es intenso y de emociones fuertes, pero tiene que aprender a controlarlos para no crear un caos. Y así, con prácticamente todos los personajes, los cuáles están perfectamente bien pensados, al tener una relación con el elemento que controlan. Aunque en ellos, detallaré más adelante.

Pero bueno, dejemos ya de lado la premisa y vayamos directamente con los sucesos de la serie, en orden.
La serie empieza con una temporada más episódica, el llamado libro del agua, que aunque construía una trama a lo largo de sus episodios, la trama se construía mientras los personajes iban en aventuras con tramas propias, que eran auto conclusivas. Si algo debo apreciar de esta primer temporada, es precisamente el hecho de que, aun que era episódica, sí construía una trama e iba mostrando distintas facetas de los personajes, cosa que no hace sentir a estos primeros episodios como una pérdida de tiempo. Lo cierto es que el avance de la historia en la primer temporada es bastante más lenta que en las demás, porque, como dije anteriormente, la temporada se enfoca más en historias auto conclusivas, pero el hecho de que la trama avance de modo más lento, es algo que la serie utiliza a su favor para hacernos pasar más tiempo con los personajes, cosa que es clave, ya que es en esta temporada, cuándo se comprenden las motivaciones, conflictos y características de estos. Este elemento hace que se ya se hayan conocido bien a los personajes con antelación, lo que le dota de mayor impacto a sus desarrollos y a los sucesos de la obra en temporadas posteriores.
Así, se nos presentan a tres protagonistas, Aang, un niño con actitud de niño que carga con el hecho de ser el Avatar y lo que esto conlleva, Katara, una chica que maneja el agua control y es amable y cuidadora, Sokka, hermano de Katara, que pretende ser el más responsable del grupo, cuando en realidad, es alguien el más torpe. Todos estos personajes, desde su propia concepción, ya resultan bastante interesantes, dando cabida a dinámicas entre personajes muy entretenidas, pero no solo eso, si no también, a desarrollos bien llevados. Siendo el desarrollo de Aang, el más notorio en la primer temporada, siendo su objetivo, mejorar para poder lograr su cometido como Avatar y alcanzar el nivel de consciencia y poderes que se suponen debe obtener.
La serie también nos presenta a otros personajes de relevancia, siendo el más notable, el príncipe Sukko, impaciente, inestable y obsesionado con encontrar al Avatar. También están Iroh, sabio y prudente y el General Sao, personaje que aparece y desaparece. Este último siendo uno muy poco interesante, pero para beneficio suyo, personaje que aparece poco y al cuál no se le da tanta importancia, por lo que, lo flojo que resulta el personaje no es realmente un punto negativo.
A excepción de Sao, que como ya mencioné, no tiene gran foco, todos los personajes ya tienen un trasfondo y motivación excelentemente buenos desde la primer temporada, revelándose el impacto que tiene el título de Avatar en Aang, el peso de haber perdido a la gente que conocía en la Nación del Aire y su temor al cambio. Katara habiendo perdido a su madre a manos de soldados de la Nación del fuego y perdiendo la calma con facilidad. Sokka, habiendo perdido a su madre también y queriendo ser alguien más fuerte y habilidoso. Sukko habiendo sido desterrado por su padre, dejándolo en búsqueda del Avatar y obsesionado con su objetivo para recuperar su confianza y Iroh perdiendo a su hijo y viendo a su sobrino como si lo fuera. Todos los personajes ya están excelentemente caracterizados y justificados para este punto, y lo mejor es que estos se vuelven todavía mejores personajes conforme la serie avanza. Pero dejando de lado a los personajes, para retomarlos más tarde, hablemos un poco sobre la trama.
La primer temporada, como ya he dicho, muestra una progresión lenta de los hechos, da cabida a más exploración de personajes, pero sin dejar de avanzar la trama de fondo. Con todo esto, se nos presenta una trama verdaderamente bien construida, con sucesos bien anticipados.
La primer temporada tiene también el tema del rol de género. Lo cuál es curioso. La primer temporada tiene bastantes diálogos de Sokka haciendo alusión al rol que se supone deben tener los hombres y mujeres en la sociedad, que son siempre motivo de desesperación para su hermana y la termina termina con, entre otras cosas, Katara convenciendo a un maestro agua de que las mujeres pueden también combatir con el agua control. La conclusión clara del tema es que las mujeres pueden hacer cosas más masculinas y por consiguiente, los hombres cosas más femeninas. Mensaje con el cuál, podría decir que en parte estoy de acuerdo, aunque con niveles de matices. Al final, lo que más aprecio con el trato de este tema es que no te dice tampoco que el rol del hombre y la mujer son artificiales o que no hay diferencia entre ambos y que a parte, no se de el mensaje de modo directo y tenga cierto nivel de sutileza, aunque no muy alto he de aclarar.
Tras una conclusión intensa y emocionante, la segunda temporada, el libro de la tierra, COF COF, la mejor temporada de todas, inicia del modo más adecuado, explicando una habilidad que Aang utiliza en ese final de temporada y que utilizará a lo largo de la serie. El episodio que abre la temporada aclara perfectamente la duda del por qué simplemente Aang no solo usa el estado Avatar para acabar con todos, cubriendo así, los posibles huecos argumentases que podría tener la serie y evitando errores que habrían sido de notar.
La temporada prosigue con desarrollo de personajes, principalmente mostrando más facetas de Aang, tanto sus temores y anhelos y Suko, posiblemente el personaje más complejo y multifacético de toda la serie. Suko empieza un arco de redención, el cuál está excelsamente bien ejecutado, porque el personaje no se da cuenta de sus errores para corregirlos inmediatamente, este tiene dudas, conflictos, temores y esto le lleva a corregir sus acciones, para inmediatamente después caer en los mismos fallos de antes. Suko es la viva muestra de cómo hacer bien un arco de redención, siendo un personaje que no cambia en la inmediatez y por cada vez que encuentra el buen camino, se desvía y le teme a tomar una nueva ruta en su vida.
También se nos presenta a la nueva integrante del grupo, Toph, que de todos los personajes principales, acaba siendo el menos interesante y más simple, reduciendose a ser ruda, que necesita controlarse y ya. Pero, que esto no los engañe, Toph es un buen personaje, incluso uno muy bueno. Podrá no ser el más interesante, pero realmente no todos los personajes necesitan un gran conflicto y Toph compensa bastante bien su simpleza, con un interesante choque con Katara y una personalidad que resulta bastante entretenida de ver. Otro personaje introducido es Azula, el mejor villano de Avatar, lamentablemente. Claro, considerando a Suko un personaje que es solo villano a medias. Azula, a pesar de parecer simplemente una loca, que, COF COF, lo es, lo cierto es que tiene cierto trasfondo, cierta motivación y su descenso a una locura mayor está muy bien construido.
Dejando de lado a los personajes, la segunda temporada hace más énfasis en ciertos conceptos filosóficos y mensajes variados, aunque todos acaban en lo mismo. Primeramente, con el personaje de Iroh, del cuál se muestra más en la temporada y vaya que es genial, puesto que da varias frases de carácter inspirador, como no perder la esperanza, que siempre habrá algo mejor o que se puede salir adelante aun en malas situaciones. Buenos mensajes y que hacen de Iroh a un personaje que de verdad del transmite sabiduría. Pero a parte de sus frases, tenemos otros diálogos de carácter filosófico que están más ligados a la espiritualidad. Como el hecho de que todos los seres están conectados entre sí o que el amor es algo que se transforma y no desaparece. Sí, interesantes diálogos, aunque no tienden a tener un nivel de pragmatismo o simplemente van ligados al mismo mensaje motivador que también transmite Iroh, mensaje motivador que es repetido en varias ocasiones, y sinceramente, no podría gustarme más, porque la serie sí que resulta motivadora en varias instancias y su propósito acá ya es de plano mostrarte que la vida tiene valor, lo cuál veo bastante bello de ser sincero.
También podríamos sacar algún tema de interés del pueblo de Ba Zing Ze, como las mentiras que propaga un gobierno o el ocultar información a la población, pero tampoco es como que la serie detalle mucho en estos temas y se queda solo como un elemento interesante de la trama. Con lo dicho anteriormente, creo que queda claro que la serie no es particularmente compleja en sus temas, pero que igual los tiene y mensajes de valor no faltan.
Lo que sí es algo bastante reflexivo si se llega a analizar, es el hecho de que Aang decidiera dejar de lado su práctica de consciencia, con tal de quedarse aferrarse a lo mundano, para no perder el amor a Katara y posiblemente su individualidad también. Es interesante, puesto que, el hecho de considerar esta decisión como una adecuada, va directamente en contra de ciertas ideas del budismo tibetano, y lo que esto implica es un mensaje que me agrada bastante. Se oye mucho de personas que intentan tener la consciencia alejándose de las personas y abandonando lo material y terrenal, pero me parece algo que no es verdaderamente tan adecuado, ya que deslinda de la individualidad y la conexión con los elementos mundanos, que, se quiera o no, se tiene que convivir con ellos. Por ello, la decisión de Aang me parece bastante buena, y da el mensaje de buscar aquello espiritual, más allá de la comprensión y mejorarse más de lo que uno podría concebir, pero, sin alejarse de lo mundano para seguir conectado con la vida en la tierra.
La temporada termina con uno de los clímax más intensos de la serie, dejando al Avatar inconsciente, a un personaje redimido otra vez en un mal lugar, a Iroh en prisión, a las guerreras Kyoshi posiblemente muertas y un ataque por venir contra la Nación del Fuego ¿qué pasará de aquí en adelante?
Bueno, la temporada más floja de todas. La tercer temporada, el libro del fuego, tiene cosas bastante sobresalientes. Esta usa sus primeros episodios para mostrarnos las repercusiones negativas de La Nación del Fuego en el mundo, cosa que si bien ya había sido mostrada, aquí se hace un énfasis mayor, que refuerza la motivación de detenerla. Por otra parte, concluimos los desarrollos de los personajes, y estos concluyen de un modo excelente, Aang resolviendo sus conflictos, Suko retomando el camino de la virtud, Azula perdiendo totalmente su cordura, Katara aprendiendo a no dejarse llevar por sus emociones y Soka con una conclusión excelente, volviéndose alguien habilidoso y aprendiendo el manejo de la espada para poder contribuir más al grupo. Los cambios a algo mejor en todos estos personajes, traen una especie de mensaje implícito bastante motivador, de mejorar como personas e imponerse metas para superarse. Y claro, como en la temporada pasada, el arco de redención de Suko sigue siendo totalmente verosímil y excelsamente construido, siendo que ahora, él tuvo que ver lo vacío que acabó resultando volver con su padre y los problemas de La Nación del Fuego directamente, para finalmente retomar el camino, pero, acertadamente, el grupo del Avatar tarda una buena cantidad de capítulos en reconocer a Suko como una persona que ahora obra con bien, precedido por un camino repleto de escepticismo y desconfianza muy bien justificados.
Pero veamos ¿por qué considero a esta la temporada más floja de todas? si de hecho parece una temporada con una calidad muy similar. Bueno, porque esta presenta un final muy polarizante para la serie, viniendo ahí los dos grandes errores de Avatar y el motivo del por qué no es una obra de excelencia. Básicamente, estos errores giran en torno al personaje de Ozai, el señor del fuego, primero con el hecho de que, bueno, carece de si quiera motivaciones para sus acciones. No pido a un personaje complejo o que si quiera deje de ser unidimensional, simplemente un personaje con alguna motivación real, un trasfondo o si quiera un motivo por el cuál me importe la batalla entre Ozai y Aang. Ozai no tiene conexión con los protagonistas, no se enfrenta con Suko, si no con alguien que poco tiene que ver con él, lo que le resta impacto a la batalla final, siendo así, que en los episodios que concluyen la obra, la batalla entre Suko y Azula es la más impactante, cuándo claramente no debería de ser así. Ozai es simplemente un personaje que es malo porque sí, busca poder, ¿pero para qué busca este poder? la idea de expandir La Nación del fuego a todos los territorios, era idea de Sozin, no de Ozai, por lo que no hay motivo real por el cuál él se tome tan en serio su búsqueda de expandir territorio y tener poder. Puedo asumir demasiadas cosas, pero solo son presunciones.
Y claro, tenemos el conflicto pacifista de Aang, lo peor de toda la serie. Un conflicto que parecía, no solo ir en buen rumbo, si no en uno excelente, es destruido por una tortuga de los mil demonios y unas lucecitas mágicas que salen de último momento. Pero a ver, mejor expliquemos. El último conflicto que Aang tenía que resolver, era el de qué va a hacer cuándo se enfrente a Ozai, si lo va a tener que matar o si habrá alguna ruta pacífica. La cuestión, es que la obra te deja en claro, que Aang tiene que matar a Ozai, porque no hay soluciones pacíficas para todo y uno debe tomar ciertas medidas para solucionar los conflictos, mensaje realista, contundente y acertado. AAAAA, pero no, tenían que contradecir el mensaje expuesto para no dar un mensaje tan crudo a los niños. Lo siento, Aang solo derrota a Ozai sin matarlo, porque salió magia de la nada. Mensaje con 0 pragmatismo, porque en la vida real, en una guerra real, no saldrán poderes de la nada, uno tendrá que tomar decisiones contundentes, sin esperar que una tortuga de mil y un diablos solucione tus problemas. Y sí, es una conveniencia argumental en toda la regla, nunca se estableció que la tortuguita del nabo da poderes, nunca se dio entender en el momento que Aang encontró a la tortuga que esta dio los poderes, literalmente los guionistas pudieron haber dicho que la tortuga le dio el poder de evaporar cosas a voluntad a Aang, hacer explotar el cometa o lo que sea que se les haya venido en gana, con la excusa de que, oh, es una sorpresa, feliz cumpleaños Jaime.
Sí, entiendo que la serie es para niños, o bueno, es apropiada para todos los públicos, pero eso no quita el error, puede explicarlo, pero me da igual, el error sigue ahí y es uno bastante grande, ya que acaba incluso dando un mensaje algo distorsionado. Claro, no es un mensaje muy perjudicial y al final sí tenemos esa conclusión de las vidas pasadas de Aang, de que uno debe tomar decisiones que incluso estén en contra de la voluntad propia para un bien mayor, aunque ese mensaje sea manchado en cierta manera.
Y sí, eso fue Aang, una serie con personajes excelentes, un mundo muy bien logrado, y unos mensajes bastante positivos casi en su totalidad, pero con errores en su conclusión y también pequeños detalles que traen capítulos no tan buenos, como algunas conveniencias ligeras o ese episodio mediocre del cañón, que si no mencioné antes es porque igual es tomar errores muy pequeños, aun que estén ahí. También se podría decir que el romance de la serie es innecesario, pero al menos no es intrusivo, no se hace gran drama de esto, por lo que es totalmente llevadero. Pero, sí, Avatar es una de las mejores series
de animación occidentales, con una historia tan bien elaborada, que resulta sobresaliente para estándares de animación estadounidense. No será compleja, pero sí detalla perfectamente en su simpleza, por lo que aprovecha todos los conceptos y temas posibles de su simple, pero muy buena trama. Los errores que mencioné, privaran a la serie de ser excelente, pero ningún error le priva de ser una muy buena serie, muy bien ejecutada y hasta sobresaliente.

8/10
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Added by alejestru (david2)
2 years ago on 16 May 2021 02:48