El cine de Darren Aronofsky puede resultar raro si se le da una revisión a todas sus películas. Por un lado puede pegarla en ciertas instancias pero en otras sinceramente no se ve a la altura, y más allá de su característico uso de la cámara en mano, sus películas más aclamadas por la crítica especializada suelen tener varios aspectos en común si hablamos de lo escrito.
Con lo último voy a que, si bien, sabe hacer historias diferentes la una con la otra, siempre guarda como una especie de parentesco con su forma de meter un ‘’debacle’’ en sus personajes, teniendo dichas películas, este principio.
En Black Swan, la cual está inspirada en la famosa obra Perfect Blue, del director Satoshi Kon, vemos mucho énfasis en este asunto; una chica a la que le apasiona el ballet, y que se encuentra compitiendo por la oportunidad de su vida de participar en la tan prestigiosa obra de El Lago de los Cisnes, pero con el pasar del tiempo se va enterando poco a poco que el mundo en el que está metida resulta ser más siniestro de lo que aparenta.
No es ningún misterio que Aronofsky sabe elegir un buen soundtrack para sus producciones, y en este caso no podemos decir lo contrario, ya que no solo la música usada especialmente para la película se siente adecuado, sino que la música clásica que también se emplea siempre resulta muy agradable de escuchar, y más en una película que precisamente trata sobre ballet.
Los trucos visuales, ya sea con los cortes para jugar con las perspectivas o con la iluminación, logran sumergir bien al espectador en toda la decadencia emocional que se está representando, y esta misma decadencia se hace muy llevadera al mostrarnos cómo siempre están sucediendo cosas, haciendo que la experiencia sea enganchante y siempre tengas una morbosa curiosidad por lo que le pasará al personaje.
Mientras tanto, y metiéndome ya con lo más importante, se entiende el punto que se está haciendo al sernos presentado el setting; las bailarinas llegan a ser bastante egoístas entre sí y muchas veces la competencia puede llegar también a ‘’comerse’’ mentalmente a cualquiera que esté allí metida, y el punto que se intenta dejar claro con la protagonista es bueno, mostrando el cómo el sentido de la competencia así como la presión constante que se sufre tanto por esta como por la exigencia de los entrenadores es algo que lleva a muchas chicas a la misma depresión. Por otra parte, es acertada la manera en la que muestran la forma en la que muchas veces, los entrenadores se aprovechan de sus alumnas para sacarles ventajas sexuales incluso.
Lamentablemente, esto es lo único positivo que tengo para decir de la película, ya que su problemas, radican dolorosamente desde sus mismos aciertos.
Primero, siento que la película intenta de forma muy forzosa parecerse a Perfect Blue, pero el problema es que no cuenta con el suficiente material como para emplear sus conceptos. Con esto último intento decir que en varias ocasiones vemos un montón de ilusiones, simbolismos, y metáforas visuales, que dan a entender que estamos enfrente de una ‘’lucha interna’’ de nuestra protagonista, y ese es mi principal lío: nunca hay realmente una base de la que podamos sacar esto. Todo lo que vemos en la película se debe a la interacción de la protagonista con el escenario que la rodea, ella no está en una situación de confrontación consigo misma. En Perfect Blue esto sí se veía debido a que Mima tenía que luchar contra su pasado y el ir perdiendo de a poco su identidad, cosa que acá no existe puesto que primero, a Nina la vemos desde el inicio como una bailarina, lo que evita que podamos ver alguna lucha contra su pasado o una identidad desde un inicio establecida para luego dar paso a alguna exploración acerca del tópico que rodea esta idea, y segundo, no hay una auténtica decadencia psicológica propia de la protagonista, sino que lo único que vemos al respecto es cómo es constantemente torturada mentalmente, pero no es como que sean sus elecciones las que la lleven a esta decadencia, más bien es una serie de eventos desafortunados y el encontrarse con puros personajes hijos de puta lo que termina por hacerla ’descender’. A lo que quiero llegar con todo esto es a que, si lo que querían era criticar tanto al mundo del espectáculo como a las elecciones de las mismas personas dentro de ese mundo, no tuvieron que poner a un personaje principal que está todo el tiempo sufriendo y que por lo visto no es capaz de dejar de llorar.
Hablando de eso último, otra de las diferencias con Perfect Blue viene desde que, en la primera, teníamos una protagonista que cae tan bajo al punto de recurrir a vender su cuerpo a una marca pornográfica, y acá solo estamos presenciando a una bailarina de ballet que está una hora con cuarenta y ocho minutos llorando porque el mundo del ballet resultó ser un duro reto el cual afrontar, y puede retractarse y volver a empezar en cualquier momento, no es como que ahora su imagen quede manchada de por vida contrastando con una inocente que corrompió ella misma, como en la superior Perfect Blue.
A todo esto, ¿se supone que debo sentirme mal por la chica cuando cosas malas le pasan? Quiero decir, no es como que ella no se encuentre en un contexto muy específico y esté haciendo un escándalo por su pasión y por las enormes ganas que posee de quedarse con el papel. Y esto último lo entendería si al menos esta fuera una historia de auto-superación o de ‘’afrontar las dificultades de la vida’’ como The Wrestler, pero temo decir que si esto era lo que querían, no les salió muy bien que digamos si consideramos el hecho de que nunca hay una lucha interna por superarse en Nina, y el que nunca vemos un cambio en ella, y por el contrario, solo la vemos sufrir pasar por cosas turbias, relaciones rotas con seres queridos, y demás tortura que por alguna razón debe hacernos pensar que Nina obtuvo un desarrollo o qué sé yo.
Tampoco es como que lo que se esté contando sea de tanta trascendencia, y es que por favor, ¿a quién le importa el ballet? Si el escenario fuera dentro de una mafia o si necesariamente tiene que ser un deporte, una plantilla de un equipo de fútbol (no digo que el ballet sea un deporte, o que no sea importante, solo tomo en cuenta la atención que recibe en nuestra sociedad), sería mucho más interesante el explorarlo debido a que bueno, a la gente le importa más el fútbol u otros deportes, pero el ballet no es algo tan fuerte o de tanto peso en nuestra realidad actual como para querer dar tanto énfasis a los problemas que se dan dentro de ese contexto.
La cosa empeora cuando nos fijamos en el resto de personajes, los cuales, fuera de los principales, actúan como simples herramientas para detallar el setting. Y para el caso tampoco es como que los principales brillen mucho que digamos.
Thomas es más como tu típico entrenador exigente al que la película intenta mostrarnos como un Fletcher cuando en realidad ni es tan duro con sus métodos, y resulta ser solo la protagonista llorando por ser, como el mismo Thomas llega a decir en la cinta, débil. Como punto aparte, todo este asunto de él cachondeando con su alumna hace un punto entendible, pero cuando nos enteramos que la relación entre estos dos resulta ser algo más serio y no un simple cachondeo, pasaríamos a argumentar que dicha relación carece de una base sólida y nunca es realmente indagada, así como el mismo personaje de Thomas, no sabemos realmente mucho de él fuera de su oficio y su artificial relación con Nina.
La chica con la que Nina mantiene un acto lésbico nunca se llega a sostener de algo que no sea intentar dar una especie de punto rarito acerca de las ilusiones de Nina, pero de eso ya hablaré más adelante, de momento quédense con que este personaje jamás es explorado a fondo y su punto es uno bastante ambiguo como para considerarla un personaje del todo ‘funcional’.
Beth llega a sentirse como un simple recurso que la película utiliza para sobre-dramatizar la situación. Ya saben: se siente remplazada por Nina y se termina suicidando para enturbiar más las cosas pese a que esto no es algo que pase con tanto frecuencia y la construcción de escenario nunca se encarga de enclarecer esto, y además es bastante evidente que se trata de otra forma (bastante forzada y repentina para el caso) que tiene la película de hacer sentir mal a la protagonista.
Al final el único personaje más o menos rescatable es la madre, pero incluso ella, además de ser un personaje del que nunca sabemos tanto realmente, sufre bastante de este problema que ya mencioné que tiene la cinta de sobre-dramatizar las cosas, siendo su relación con su hija muy raramente inestable (por decirlo de alguna forma) para mi gusto.
Lo peor de la película, y lo que representa la verdadera gota que colma el vaso, es lo pretenciosa que se siente la película al querer transmitir ideas.
Procedo a explicarme: se supone que en el filme hay un mensaje relacionado a la naturaleza o la identidad, y la única razón de porqué podría percibir esto así es porque ya vi Perfect Blue; de lo contrario, solo vería simbolismo sin dirección o sentido.
Seamos francos, ¿alguien realmente entendió el significado de la chica suicidándose por alguna extraña razón en el final? ¿Alguien entendió qué quiso decir la película con todo esto del falso asesinato a una compañera de parte de Nina? ¿Qué me dicen de los cuadros de la casa hablándole a la chica? ¿Y qué hay de la transformación de Nina en un literal cisne? Todas estas supuestas metáforas comparten algo en común, y es que cualquier tema profundo, metafísico, o cualquier meta-comentario que se esté intentando comunicar, queda con una exploración totalmente anulada debido a que nunca son cosas establecidas directamente por el guion, y lo único que estamos viendo es una historia sobre ballet. No un estudio psicológico, no una exploración temática, no una indagación en la naturaleza humana; solo una historia de ballet que por tener a una protagonista teniendo problemas emocionales en un contexto turbio pretende tener un significado ‘’profundo’’, cuando nunca se está elaborando en algún mensaje más allá de que el mundo del ballet puede ser algo turbio y feo.
Lo que en Perfect Blue era algo más críptico, en Black Swan es basura pretenciosa, puesta para aparentar que debemos escarbar en alguna enseñanza solo porque la primera película tenía algo de metáforas visuales y esas cosas majas que a todos los casuales pretenciosos incapaces de analizar un verdadero simbolismo les encanta, ¿acaso no tengo razón, muchachos?
Así que sí, es una mierda, no vale la pena, y poco y nada podemos sacar de algo que intenta ser Perfect Blue, pero que fracasa prácticamente en casi todo lo que se propone.
Si quieren algo interesante relacionado al ballet, váyanse a ver Princess Tutu; y si por casualidad les interesa ver algo bueno que haya sacado este director, existe The Wrestler o en su defecto Requiem for a Dream.
Por mi parte, termino mi labor acá diciendo que esto es de las peores cosas que ha sacado Aronofsky en su carrera como director, y curiosamente es de lo que más aplaudió el público, ojo ahí.
3/10