Rembrandt es contratado para la realización de una obra grupal para la milicia de Amsterdam. En medio del trabajo hay un asesinato y se sospecha fruto de un complot. El pintor va dejando señales de lo ocurrido en la famosa pintura del mismo nombre, símbolos para ser descifrados por el observador.
La película atraviesa momentos absolutamente teatrales y se combina con una fotografía espectacular: pareciera que el director quiere jugar luces y sombras como el mismo Rembrandt van Rijn. Es una película para ver con paciencia y disfrutar a varios niveles.
8/10