Hoy se ven con pudor, la naturalidad y calidez y confianza con la que Malle se mete en el burdel, desde la mirada de un fotógrafo y de los hijos de las putas, conmueve e interpela. Raro que una inexistente y rara actriz, Frances Faye lleve el peso de ser la madame. la compensan Sarandon y Carradine