Esta película es un claro ejemplo de porque mucha gente se siente repelida por las películas LGBT y por qué dicho "género" no debería ser un género en primer lugar. La trama es aburrida, predecible, pretenciosa y como no podía faltar victimiza a las personas transgénero intentado dar a entender que las malas acciones de dichas personas se justifican porque "son víctimas". Está demás decir que siento que ganó un Oscar solo por ser una película LGBT de origen latino con buena presentación y eso demuestra una vez más lo mucho que ha decaído dicha premiación.