Que para el año 2010 ya existieran este tipo de cintas reafirma mi idea de que toda esta campaña de inclusión social que vivimos hoy en día es solo una excusa de gobernantes corruptos para sacar mérito de algo que no hicieron.
El concepto ya de por sí es bastante conmovedor, pero la ejecución es para llorar con la mano en el corazón (en el buen sentido). Nos muestra la xenofobia en su estado más puro y como esta puede hacer pagar a inocentes por pecados que no cometieron.