Serie animada sobre un crítico de Cine, donde el séptimo arte es lo que menos llega a importar, porque su protagonista con su singular personalidad es el que lleva todas las miradas.
Jay Sherman es un personaje inteligente y apegado a sus ideales, pero a la vez transmite una imagen de fragilidad, torpeza, glotonería, arrogancia y demás, provocando esto último que muy pocas sean las personas que son capaces de ver lo brillante que es. Jay se ve envuelto en varios conflictos donde tiene que poner a prueba todo en lo que él cree.
Los secundarios llegan a ser más que carismáticos, cada uno con una personalidad muy distinguible y atractiva, complementando de forma correcta con el estelar. Pero al ser una serie episódica, el desarrollo que llegan a tener entre ellos en un capítulo se pierde en el otro.
Desgraciadamente no ha envejecido bien, debido a las incontables referencia que hace a películas del momento, varias bien escritas y otras que son obvias o poco graciosas. Durante de la primera temporada llegan a ser breves y no cortan con el avance de la trama, pero en la segunda son más invasivas, extendiendo por mayor tiempo.