Aunque su preocupación principal como cineasta fue dotar de movimiento a sus pinturas (Blazes, 69, Swiss Army knife with rats ans pigeons), Robert Breer tuvo tiempo para experimentar con técnicas que pudieran dar salida a otras de sus inquietudes y preocupaciones. Así lo demuestra en Jamestown Baloos, un cortometraje dividido en tres partes en el que aprovecha para regurgitar sobre la guerra, la propaganda y la cultura pop de los 50 a través de recortes de revistas y periódicos.