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Este trabajo se ocupa de la organización de la economfa en tiempos de guerra. La economía de guerra es una realidad y sería hoy tan poco posible hacer una guerra sin ella, como lo sería hacerla sin aviones o sin tanques. Cuanto con mayor anticipación los gobiernos han adoptado sus principios, tanto más provechoso ha resultado para ellos. El proverbia latino "si vis pacem – para bellum" también es exacto para la economía de guerra. Así lo han entendido los países que mejor preparados han entrado en esta conflagración.
Digamos desde luego que ya se fabrique un tan que, o un par de botas, o un kilogramo de
Este trabajo se ocupa de la organización de la economfa en tiempos de guerra. La economía de guerra es una realidad y sería hoy tan poco posible hacer una guerra sin ella, como lo sería hacerla sin aviones o sin tanques. Cuanto con mayor anticipación los gobiernos han adoptado sus principios, tanto más provechoso ha resultado para ellos. El proverbia latino "si vis pacem – para bellum" también es exacto para la economía de guerra. Así lo han entendido los países que mejor preparados han entrado en esta conflagración.
Digamos desde luego que ya se fabrique un tan que, o un par de botas, o un kilogramo de pan, siempre será necesaria para ello la existencia de una organización económica. Cuanto mejor sea esta organización, tanto mejor y tanto más económico resultará el producto.
Ahora bien, en una guerra — especialmente en una guerra contemporánea — la calidad del producto cons tituye un requisito esencial. Una falla de construcción en una serie de tanques, puede significar una batalla perdida y producir serias consecuencias. De la misma manera resultará desastrosa una producción insuficiente de botas o de pan.
En las páginas que siguen se verá cómo se ha encarado el problema económico en la presente guerra, dando ejemplos de guerras anteriores que pueden servir de base de comparación.
No se analiza en estas palabras previas la distribución de los diferentes capitulos, pues la lectura del índice descubrirá un ordenamiento basado en razones lógicas, debiendo agregar que como la guerra está en marcha, el tema no está agotado. Cada dia, en efecto, los gobiernos adoptan nuevas medidas vinculadas a su economía de guerra.
Por esa razón este trabajo no tiene ni puede tener la pretensión de ser completo. Sólo aspira a presentar algunos puntos de vista y de información, que deberán ser continuados y no pocos de los cuales, seguramente, serán rectificados.
Juan J. Salzmann.
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